Pertenezco a una gran secta universal
de los que disfrutamos enormemente del placer de beber buen vino en el tono de
la moderación. No existe en diccionario alguno nombre que nos identifique, pues
no somos enólogos, sommeliers ni
catadores. Tampoco somos borrachos.
Enólogo es aquel que tiene la capacidad profesional para realizar el conjunto de actividades relativas a los métodos y técnicas de cultivo del viñedo y la elaboración de vinos, el análisis de los productos elaborados y su almacenaje, gestión y conservación.
Sommelier es el responsable del servicio de vinos y licores en los
establecimientos de hostelería y de asesoría al público en las vinaterías.
El catador juzga la
calidad y las características de un vino después de ser
embotellado, gracias a la vista, el olfato y el gusto según su criterio
personal.
Lo que todos aprendemos desde el primer día qué los probamos es que vinos hay de tres colores: rojo, también llamado tinto, blanco y rosado. Todos son de uva, de su jugo fermentado. Para los tintos, el mosto (el caldo) se hace con uva negra, de hollejo negro, y en él va la pulpa y el hollejo macerado. Para los blancos se usa sólo la pulpa de la uva, negra o blanca (verde), pero sólo, la pulpa. Hay Blanc de Blancs, vinos de uva blanca, que en el mosto va el hollejo. Los vinos rosados no son mezcla de rojo y blanco; se hacen con uva de hollejo negro, pero este se separa pronto del proceso de obtener el mosto. El vino de este color es el menos socorrido en mi país.
Hace unas semanas me dijeron de una amiga que compraba “vinos verdes”. No me sorprendí pues ya los conocía; algún tiempo tuve de ellos en la cava y los disfrutamos con la familia y los amigos. No trascendieron con nosotros, pero ahora que me los recordaron se me ocurrió que si fuesen verdes de color, con el blanco y el rojo harían buena combinación con las banderas de varios países, entre ellos el nuestro, y podrían hacerse carteles propagandísticos que sirvieran para dos entidades: una nación y una empresa vinícola. Hay antecedentes de asociaciones publicitarias de este tipo entre países y aguardientes.
Pero esto no es posible en el caso de los “vinos verdes”, porque no son verdes de color, son verdes de madurez. La historia es como sigue:
El Vinho verde (denominación
de origen controlada) es producto de una región del noroeste de Portugal, entre
los ríos Duero y Miño. La tierra es, para la agricultura, muy pobre y lo ahí
sembrado crece y madura muy lentamente. La vid apenas alcanza a madurar su
fruto en un año. Entonces, la vendimia se hace cuando las uvas, negras o
blancas, todavía están “verdes”. Los vinos se llaman verdes por esto y hay vino
tinto verde, vino blanco verde y vino rosado verde.
Por su porcentaje moderado de alcohol, son vinos afrutados, fáciles de beber, muy usados como aperitivo o para acompañar platos ligeros, como pescados, mariscos, ensaladas o carnes blancas. Es un vino leve y fresco, menos calórico de lo habitual y con muy ligera efervescencia.
Tinto Vinho Verde 2013 Rosé Vinho Verde 2013 Branco Vinho Verde 2013
¡Bueno!... parece ser que el Vinho Verde de Portugal no se presta para una alianza publicitaria con México, Italia, Hungría o Irán. Ni siquiera con Portugal, pues a ese país le falta el blanco en su bandera.