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Soy Rogelio Macías-Sánchez, de tantos años ya, que se me permite no decir cuántos. Soy mexicano y vivo en México país, médico cirujano de profesión, neurocirujano y neurólogo de especialidad. Ahora y por edad, soy neurólogo y neurocirujano en retiro. Soy maestro de mi especialidad en la Facultad de Medicina de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo y un entusiasta de la difusión de la ciencia a la comunidad. Pero eso no es toda mi vida. Soy un amante fervoroso de la música clásica, actividad que fomento desde mi infancia. La vivo intensamente y procuro compartirla. Soy diletante en vivo y mucho disfruto, de la música grabada, mejor cuando es en compañía de almas gemelas para esto. Finalmente, amo la vida y la disfruto. Parte de ello es comer bien y beber mejor, es decir, moderado pero excelente. De aquí mi afición a los vinos y las cavas. Los conozco, los disfruto y me entusiasma compartir lo que conozco y lo que me gusta. Esta página pretende abrir una comunicación sobre los vinos, la música clásica y la neurología para profanos. Si es socorrida, el mérito será de ustedes. Diciembre de 2022

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lunes, 20 de julio de 2020

DE LOS VINOS DE COLORES Y DE LOS COLORES NACIONALES

Pertenezco a una gran secta universal de los que disfrutamos enormemente del placer de beber buen vino en el tono de la moderación. No existe en diccionario alguno nombre que nos identifique, pues no somos enólogos, sommeliers ni catadores. Tampoco somos borrachos.

Enólogo es aquel que tiene la capacidad profesional para realizar el conjunto de actividades relativas a los métodos y técnicas de cultivo del viñedo y la elaboración de vinos, el análisis de los productos elaborados y su almacenaje, gestión y conservación.

Sommelier es el responsable del servicio de vinos y licores en los establecimientos de hostelería y de asesoría al público en las vinaterías.

El catador juzga la calidad y las características de un vino después de ser embotellado, gracias a la vista, el olfato y el gusto según su criterio personal.

 De vinos conozco lo suficiente para poder escoger, dentro de lo disponible en mi ciudad, el que va mejor para ese día, para esa comida o esa cena, para la estación del año o para ese platillo central: carne roja, pescado, pollo, conejo, ensaladas, queso, frutas, postre o lo que sea; que siempre habrá un buen vino “para lo que sea”.

Lo que todos aprendemos desde el primer día qué los probamos es que vinos hay de tres colores: rojo, también llamado tinto, blanco y rosado. Todos son de uva, de su jugo fermentado. Para los tintos, el mosto (el caldo) se hace con uva negra, de hollejo negro, y en él va la pulpa y el hollejo macerado. Para los blancos se usa sólo la pulpa de la uva, negra o blanca (verde), pero sólo, la pulpa. Hay Blanc de Blancs, vinos de uva blanca, que en el mosto va el hollejo. Los vinos rosados no son mezcla de rojo y blanco; se hacen con uva de hollejo negro, pero este se separa pronto del proceso de obtener el mosto. El vino de este color es el menos socorrido en mi país.

Hace unas semanas me dijeron de una amiga que compraba “vinos verdes”. No me sorprendí pues ya los conocía; algún tiempo tuve de ellos en la cava y los disfrutamos con la familia y los amigos. No trascendieron con nosotros, pero ahora que me los recordaron se me ocurrió que si fuesen verdes de color, con el blanco y el rojo harían buena combinación con las banderas de varios países, entre ellos el nuestro, y podrían hacerse carteles propagandísticos que sirvieran para dos entidades: una nación y una empresa vinícola. Hay antecedentes de asociaciones publicitarias de este tipo entre países y aguardientes.

     

Pero esto no es posible en el caso de los “vinos verdes”, porque no son verdes de color, son verdes de madurez. La historia es como sigue:

El Vinho verde (denominación de origen controlada) es producto de una región del noroeste de Portugal, entre los ríos Duero y Miño. La tierra es, para la agricultura, muy pobre y lo ahí sembrado crece y madura muy lentamente. La vid apenas alcanza a madurar su fruto en un año. Entonces, la vendimia se hace cuando las uvas, negras o blancas, todavía están “verdes”. Los vinos se llaman verdes por esto y hay vino tinto verde, vino blanco verde y vino rosado verde.

Por su porcentaje moderado de alcohol, son vinos afrutados, fáciles de beber, muy usados como aperitivo o para acompañar platos ligeros, como pescados, mariscos, ensaladas o carnes blancas. Es un vino leve y fresco, menos calórico de lo habitual y con muy ligera efervescencia.


            

 Tinto Vinho Verde 2013        Rosé Vinho Verde  2013       Branco Vinho Verde 2013

¡Bueno!... parece ser que el Vinho Verde de Portugal no se presta para una alianza publicitaria con México, Italia, Hungría o Irán. Ni siquiera con Portugal, pues a ese país le falta el blanco en su bandera.