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Soy Rogelio Macías-Sánchez, de tantos años ya, que se me permite no decir cuántos. Soy mexicano y vivo en México país, médico cirujano de profesión, neurocirujano y neurólogo de especialidad. Ahora y por edad, soy neurólogo y neurocirujano en retiro. Soy maestro de mi especialidad en la Facultad de Medicina de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo y un entusiasta de la difusión de la ciencia a la comunidad. Pero eso no es toda mi vida. Soy un amante fervoroso de la música clásica, actividad que fomento desde mi infancia. La vivo intensamente y procuro compartirla. Soy diletante en vivo y mucho disfruto, de la música grabada, mejor cuando es en compañía de almas gemelas para esto. Finalmente, amo la vida y la disfruto. Parte de ello es comer bien y beber mejor, es decir, moderado pero excelente. De aquí mi afición a los vinos y las cavas. Los conozco, los disfruto y me entusiasma compartir lo que conozco y lo que me gusta. Esta página pretende abrir una comunicación sobre los vinos, la música clásica y la neurología para profanos. Si es socorrida, el mérito será de ustedes. Diciembre de 2022

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lunes, 16 de agosto de 2021

DE EPIDEMIAS, PANDEMIAS Y ENDEMIAS.


A propósito del CoViD-19

Bella imagen del SARS-CoV-2, el virus de CoViD-19,
visto a través de un microscopio electrónico de barrido.

La humanidad tiene casi dos años, desde diciembre de 2019, sufriendo mucho. En una provincia oriental de China apareció una nueva y mala enfermedad, CoViD-19, que afectaba las vías respiratorias en forma grave hasta la muerte por asfixia. Es una enfermedad por virus  y se culpó  de ella a los murciélagos, que al parecer eran huéspedes habituales y antiguos del virus que la produce (SARS-CoV-2). Se dice que algo sucedió en los hábitos humanos o en  la evolución del virus mismo, que hizo que tomara a los hombres como mejores hospederos, pues le ofrecían mayores facilidades para su reproducción y dispersión por contagio personal. Enfermó y mató a muchos chinos de esa región y se constituyó en epidemia.

La epidemia de CoViD-19 
en la provincia Wuhan en China.

Una epidemia se produce cuando una enfermedad contagiosa se propaga rápidamente en una población determinada, afectando simultáneamente a un gran número de personas durante un periodo de tiempo concreto.

Para enero y febrero de 2020 empezamos a saber que la enfermedad se salía de la provincia china originaria, ya cubría un gran terreno en su país y había casos fuera de él, en Europa,  con Italia a la cabeza. Se culpó a los vuelos transnacionales, se diseminó por reuniones masivas en juegos de fútbol, se difundió en toda Europa y nos llegó a América, siendo los países más afectados Estados Unidos, México y Brasil. 


Abril de 2020. La epidemia se extiende a la Europa occidental
 y alcanza América.


Era una enfermedad nueva, no había vacunas para prevenirla ni tratamiento contra sus causas o mecanismos de desarrollo, ocupaba países muy poblados y se siguió culpando a los viajeros transnacionales por avión. Siendo una enfermedad de transmisión aérea, por aerosoles, se convocó al mundo entero a prevenirse de ella cubriéndose boca, nariz y ojos prácticamente en forma continua, pero la enfermedad siguió matando mucha gente, particularmente a viejos, más, si tenían enfermedades concomitantes como diabetes, hipertensión arterial u obesidad.








Esto propició la portada del último número del año pasado de la afamada revista TIME, de los Estados Unidos, que concluye que el 2020 ha sido EL PEOR AÑO DE SIEMPRE,

Esta afirmación es discutible, pero es una opinión respetable.






Unos meses después la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró, con su autoridad en el tema, que CoViD-19, había alcanzado el grado de pandemia.


2021. Pandemia de CoViD-19

Pandemia es una epidemia infecciosa que ocurre a una escala que cruza las fronteras internacionales y que generalmente afecta a personas en todo el mundo.

Para entonces, todavía no se contaba con una vacuna eficiente y el tratamiento de la enfermedad no puede destruir al  SARS-CoV-2,  sólo modifica algunos mecanismos de la enfermedad. CoVid-19 seguía cobrando muchas vidas cada día. ¡Desesperante!

Se liberaron las vacunas, de diversos fabricantes en diferentes países del mundo y con distintos mecanismos de acción. Todas son efectivas y con  la misma tasa de riesgos, entre los que se incluye el que no genere inmunidad. Ninguna vacuna, para ninguna enfermedad, ofrece 100% de seguridad de inmunidad total.

La vacunación, a partir de marzo de este año, ha procurado ser masiva en todo el mundo, pero aún está muy lejos de ser universal, es decir, a la totalidad de la población humana. Los países que mejor lo han hecho son Estados Unidos e Israel, pero apenas rebasan el 50%. Sin embargo ha bajado la frecuencia de la enfermedad, con la ayuda de la “inmunidad de rebaño”, que algo se ha dado. Los avances en el tratamiento de los enfermos con CoVid-19 han disminuido la mortalidad, pero todavía es alta.

Pero la enfermedad ha tomado un rumbo que ha llevado a que la OMS la declare endemia. Este término hace referencia a un proceso patológico que se mantiene de forma estacionaria en una población o espacio determinado (puede ser todo el mundo) durante períodos prolongados. La enfermedad se mantiene en una población de hospedantes a lo largo del tiempo (años) en un nivel estable, incluyendo variaciones estacionales. Para fines prácticos, se queda para siempre.

Tales son los casos, entre otros, de la varicela, el sarampión, la poliomielitis, el catarro común y últimamente el SIDA (Síndrome de Inmuno Deficiencia Adquirida), causado por el VIH (Virus de la Inmunodeficiencia Humana). En estas enfermedades no hay modo de acabar con el virus causante de ellas; hay métodos físicos de evitar el contagio (VIH) y/o vacunas, pero esos virus se han vuelto cohabitantes normales en nuestro espacio. Es posible que dentro de muchos años pueda decirse que alguno de ellos se fue; habrá sido por "aburrimiento del virus".

Todo hace parecer que  CoVid-19 seguirá ese camino. Los vacunados, si bien tendremos un alto índice de seguridad de no enfermarnos, no estaremos exentos de contaminarnos por contagio y trasmitir la enfermedad. Los métodos actuales de protección (uso de cubrebocas para boca y nariz y anteojos, sana distancia, evitar eventos concurridos o en espacios cerrados, lavado frecuente de manos y amplia ventilación de nuestras casas) serán normas sociales públicas por años. La vacunación, salvo casos muy especiales de contraindicación, es una obligación moral y social universal.

Casi todo en esta vida, por grave que sea, tiene un lado festivo. Los arquitectos y constructores ya diseñan casas y edificios habitacionales especiales que aseguren corrientes de ventilación continua. Y que decir de los diseñadores de modas que ya lanzan al comercio lentes y cubrebocas espectaculares y atractivos, que cambiarán la moda para siempre. Serán caros, pero serán, y al tiempo no me atengo, pues ya están.