Hoy diré de la música que se dio en el siglo XX. Antes se vivió el romanticismo, con sus bellezas y defectos, y aunque los impresionistas ya lo habían sacudido, alcanzó a darle la vuelta al siglo con sus melodías extendidas y sus programas idealistas. Su ciclo estaba por cumplirse, pero algo precipitó su finiquito: la Gran Guerra Europea, la Primera Guerra Mundial.
De
pronto, el mundo occidental cuenta se dio que los ideales que lo habían
sostenido durante más de cien años se derrumbaban. El mundo no era bello, sino
feo; las mezquinas ambiciones de los individuos eran más poderosas que los
sentimientos populares de Libertad, Igualdad y Fraternidad y el mundo
"civilizado" se envolvió en la aventura destructiva más grande que
hubiera conocido: la Primera Guerra Mundial.
Nadie más, bueno... salvo algunos
como Rachmaninoff, siguieron haciendo música con el lenguaje melódico de la
ternura y los programas sentimentales que recordaban a la naturaleza. La música
se puso a tono con los tiempos, difícil y agresiva, y por primera vez en la
historia los artistas hicieron el arte que sentían, no el que la gente les
pedía. Los artistas protestaron antes que el pueblo.
Arnold Schoenberg Igor Stravinski 1874 - 1951 1882 - 1971 |
Al término de la guerra, los nuevos
útiles a disposición de los compositores les permitieron expresar las nuevas
dimensiones del sentir. Estaban en libertad de usar o no la melodía, de romper
la tonalidad y emplear disonancias yuxtapuestas en busca de efectos emocionales
especiales, de inspirarse en escalas orientales o en modos antiguos. Quedó el
camino abierto para la renovación, que algunos usaron con demasiada
flexibilidad, haciendo de la música un campo experimental del sonido que se
desligó emocionalmente de los oyentes. Esto, aunado a la aparición del disco
gramofónico, alejó al público de las salas de conciertos.
Pero ocurrió la contrapartida, que
fue el neoclasicismo. Hubo quienes dejaron el atonalismo para retomar las
armonías tradicionales, y aquellas que Debussy había descubierto. Se olvidó el
polirritmo, pero se tomaron los ritmos tan firmes de los rusos y se regresó a
la polifonía. Volvió a campear la melodía tan extendida por Wagner y Mahler; y
la dinámica, quizá el más emocional de los elementos de la música, se hizo de
una importancia desconocida hasta entonces. La forma sonata, aunque modificada,
se volvió a cultivar y el nacionalismo, que parecía superado a fines del siglo
XIX, reapareció con fuerza. Sibelius en Finlandia, Vaughan Williams en
Inglaterra, Bela Bartok en Hungría, Prokofiev y Shostakovich en Rusia, Carlos Chávez y
Silvestre Revueltas en México, Villalobos en Brasil, tomaron de las
raíces musicales de sus pueblos para hacer su música y a su vez enriquecieron
el folclore de sus países.
Carlos Chávez Silvestre Revueltas 1899 - 1975 1899 - 1940 |
Estas dos corrientes modernas, el
atonalismo y el neoclasicismo, no se han excluido. Se han separado, pero siguen
transcurriendo con pujanza. Los avances técnicos en la
producción del sonido les han abierto un campo enorme de experimentación
artística, pero conservan sus principios.