La pasión y muerte de Jesucristo son los hechos históricos fundamentales que sustentan todas las religiones cristianas que ahora existen en el mundo. Los hechos están recopilados detalladamente en los evangelios de San Mateo y de San Juan, aunque hay citas interesantes en los de San Marcos y San Lucas. Textos tales nunca han sido objetos de duda o controversia en versiones posteriores.
El texto de hoy se refiere a dos piezas cumbres de la música religiosa universal: La pasión según San Mateo y La pasión según San Juan, de Johann Sebastian Bach, piezas cumbres de la música universal, particularmente la barroca. Bach era de religión luterana (protestante diríamos aquí y ahora), como buen alemán del norte del siglo XVIII. El texto de las pasiones de Bach es alemán; se trataba que el pueblo las entendiera. Es la traducción, casi literal, del texto latino de donde se tomó, y refiere casi en forma literal también, la pasión y muerte de Cristo según Mateo y Juan, dos de los evangelistas.
Las "pasiones de Cristo", cantatas de Bach de claro carácter didáctico religioso, se ponen cada año en la ciudades de países cristianos en todo el mundo. Son cantatas en las que solistas cantantes, desarrollan roles de personajes que cantan textos tomados, literalmente de la Biblia. El coro es el pueblo y la orquesta el fondo armónico de la obra. Así, diferentes voces cantan los papeles de Cristo, de Poncio Pilatos, de alguno de los apóstoles, del evangelista mismo, recitando en canto, de María. El coro es el pueblo. Son obras largas, de dos horas de duración, pero bien vale la pena escucharlas por lo menos una vez en la vida.
Yo escuché La pasión según San Mateo hace muchos años en una iglesia de París y en una Semana Santa que me agarró allá. La pasión según San Juan se dio el pasado viernes 11 de abril en Xalapa en la Sala Tlaqná. Fueron solistas cantantes locales y algunos invitados, los coros de Xalapa y la Orquesta Sinfónica de Xalapa bajo la dirección de su titular, el maestro Martin Lebel. No pude asistir y casi lloré.