Acerca de mí
- Rogelio Macías Sánchez
- Soy Rogelio Macías-Sánchez, de tantos años ya, que se me permite no decir cuántos. Soy mexicano y vivo en México país, médico cirujano de profesión, neurocirujano y neurólogo de especialidad. Ahora y por edad, soy neurólogo y neurocirujano en retiro. Soy maestro de mi especialidad en la Facultad de Medicina de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo y un entusiasta de la difusión de la ciencia a la comunidad. Pero eso no es toda mi vida. Soy un amante fervoroso de la música clásica, actividad que fomento desde mi infancia. La vivo intensamente y procuro compartirla. Soy diletante en vivo y mucho disfruto, de la música grabada, mejor cuando es en compañía de almas gemelas para esto. Finalmente, amo la vida y la disfruto. Parte de ello es comer bien y beber mejor, es decir, moderado pero excelente. De aquí mi afición a los vinos y las cavas. Los conozco, los disfruto y me entusiasma compartir lo que conozco y lo que me gusta. Esta página pretende abrir una comunicación sobre los vinos, la música clásica y la neurología para profanos. Si es socorrida, el mérito será de ustedes. Diciembre de 2022
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jueves, 15 de abril de 2021
INTERMEZZO 15. EN LA CAMINATA DE UNA TARDE POR MI COLONIA
lunes, 12 de abril de 2021
MÚSICA VIVA Y MÚSICA GRABADA
El avance tan notable que se ha dado en los últimos años en los sistemas de grabación y reproducción electrónica del sonido ha permitido la aparición de los melómanos de discoteca. Constituyen un grupo creciente, cosmopolita, de gente de buena posición, enterados de los eventos musicales internacionales, entusiastas de su afición hasta el consumismo y el proselitismo. Los hay egoístas, que gozan de la música en la intimidad de su estudio y sin compañía, pero los hay que departen en verdaderos clubes de amantes del sonido que se reúnen para escuchar y comentar las últimas novedades discográficas.
Disfrutan de una "música perfecta", sin errores de ejecución, cada vez de mayor fidelidad y sin las interrupciones del gran público, que nunca es el ideal. El ambiente lo crea cada escucha en la sala de su casa y con las gentes que le gustan. Dicen que disponen de cualquier música para oír, que en una buena discoteca hay todo para escoger al gusto. Pero no es así y aquí iniciaré mi crítica a ser sólo melómano de discoteca.
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Estudio de grabación de primera línea |
La
industria de la música grabada está hecha para el consumo masivo y se produce
lo que se vende mucho. Hay múltiples ediciones de obras conocidas de Beethoven,
Mozart, Chopin, Tchaikovsky, etcétera, pero de estos mismos autores no hay gran
cosa de lo menos popular. La música antigua y barroca le debe mucho a la
industria discográfica, pues en su afán de ofrecer novedades, ha desenterrado
muchas obras olvidadas que se venden bien al esnobismo que todo melómano de
discoteca algo tiene. Claro que ello permitió volver a estas obras a las salas
de concierto y teatros de ópera, y ahora se disfrutan mejor que en sus primeros
tiempos. Pero la música moderna no se vende grabada y por lo tanto no se graba.
El auge del disco es en parte responsable de las dificultades de difusión y
gusto de la música contemporánea. Antes, la gente iba a las salas a escuchar la
música del momento. Ahora se queda en casa a oír a los antiguos. La industria
del sonido ha anclado en el pasado el gusto por la música.
Del
párrafo anterior saco dos palabras para continuar. El asistente a una sala de
conciertos escucha con atención para evitar los distractores externos; el
fanático de la música grabada la oye, no tiene distractores externos, pero sí
dentro de sí. Como no hay esfuerzo, se distrae solo, con ideas ajenas a la
música o por cualquier inconformidad con la fidelidad del equipo electrónico.
Oye el sonido y se fuga de la música. Sufre con las fallas técnicas y no
disfruta las obras ni juzga a los intérpretes. No contribuye a la creación y su
goce es incompleto. Por eso la adiciona y la música grabada le sirve de fondo
para pensar, para leer, para comer, para platicar.
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Orquesta Sinfónica de Xalapa |
Por el contrario, cada audición de música viva es una experiencia creativa que no repetirá. Con defectos y virtudes, será única y diferente, así se toquen en días consecutivos las mismas obras por los mismos ejecutantes. Y el público, jugando su papel, contribuye a la creación. Puede haber conciertos memorables por bellos o desastrosos, pero nadie recuerda nunca una sesión de música grabada. Siempre es la misma, plana, sin efecto, muerta. Es como ver las fotografías de un ser amado sin poder estar con él.
Si me dan a escoger entre una audición viva desastrosa y una sesión de magnifica de música grabada, me quedo con la segunda; pero entre ésta y un concierto que promete ser sólo regular, siempre iré a la música viva. ¡Vamos…! cuando la pandemia por CoViD nos deje hacerlo, porque con ella encima se han espantado la música viva y las veladas de música grabada. ¿Volveremos a ellas? ¡Ojalá!