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Soy Rogelio Macías-Sánchez, de tantos años ya, que se me permite no decir cuántos. Soy mexicano y vivo en México país, médico cirujano de profesión, neurocirujano y neurólogo de especialidad. Ahora y por edad, soy neurólogo y neurocirujano en retiro. Soy maestro de mi especialidad en la Facultad de Medicina de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo y un entusiasta de la difusión de la ciencia a la comunidad. Pero eso no es toda mi vida. Soy un amante fervoroso de la música clásica, actividad que fomento desde mi infancia. La vivo intensamente y procuro compartirla. Soy diletante en vivo y mucho disfruto, de la música grabada, mejor cuando es en compañía de almas gemelas para esto. Finalmente, amo la vida y la disfruto. Parte de ello es comer bien y beber mejor, es decir, moderado pero excelente. De aquí mi afición a los vinos y las cavas. Los conozco, los disfruto y me entusiasma compartir lo que conozco y lo que me gusta. Esta página pretende abrir una comunicación sobre los vinos, la música clásica y la neurología para profanos. Si es socorrida, el mérito será de ustedes. Diciembre de 2022

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jueves, 28 de octubre de 2021

INTERMEZZO 25. HAN VUELTO LAS EXTRAÑAS FLORES ROJAS DE NUESTRO JARDÌN.




El 15 de octubre, entrado el otoño, por irse las lluvias y empezado el frío, han vuelto a casa "las extrañas flores rojas de nuestro jardín".

¡Cuánto las extrañábamos!





Fueron sólo estas dos y una llegó al suelo, pues en el calor del verano y los aguaceros, su rama se había caído. Ya la levantamos.









Pero desde el día siguiente fueron muchas. Ellas también nos extrañaban.












               Cada una con sus mejores galas.



















Abren temprano, antes de que salga el sol y hermosas lucen toda la mañana ...



























... pero para las cuatro de la tarde ya cerraron si el sol sigue en alto, pero ...























... si llueve y hace frío, cierran hasta la noche.











Contrarias a los girasoles y los heliotropos, son plantas heliófugas, que abren hacia el poniente antes de que salga el sol. Cuando este llega al poniente, se cierran. Si no hay sol, les da la noche abiertas.





















Además, una flor que abrió y cerró, no vuelve jamás; son "flor de un día".


















Con estas dos nos despedimos por hoy, nuestras extrañas flores rojas y yo, ....
... pero no sin antes mostrarles el retoño que, 
con dificultad pero con tenacidad, se abre
 a la vida entre dos pesadas lozas
 de concreto. ¡Bravo!






lunes, 25 de octubre de 2021

LAS BOTELLAS ENGREÍDAS.





En los subterráneos de la vieja mansión, entre quesos y embutidos de la mejor estirpe, conversaban las botellas. El champaña proclamaba el aroma excelso de sus burbujas, la ambarina transparencia de su líquido y se sentía noble permitiéndose, altivo, despreciar al Universo. El vino, de un rojo que podría ser negro, comparaba su licor a los amores, al éxtasis místico y, botella orgullosa, creía ser él símbolo de la verdad eterna. Una garrafa de agua decía ser la pureza misma y se identificaba con la hebra’ bondadosa con que está tejida la materia. ¡Cada botella alegaba ser más importante que el mundo entero! Un día vino un mayordomo y llevó las botellas de alcohol a un banquete. Cuando los invitados terminaron de escanciar los preciosos líquidos, las vasijas, ahora inservibles, pasaron a formar parte de un montón de basura. ¡Quién las iba a tomar en cuenta? Quizás un niño para usarlas como blanco de pedradas... La garrafa, mientras tanto, perdió su tapón y y el agua comenzó a pudrirse. Se sintió enferma, nauseabunda.

“¡Ya no valgo nada, soy una ruina!” Un barril de madera trató de calmarla: “Señora, creo que comete una equivocación: ¿porqué se siente cambiada si su cristal fue, es y será siempre el mismo? ¡Usted no es su contenido: el líquido que encierra no le pertenece y si él se pudre, usted no tiene más que vaciarlo y llenarse en una fuente pura! Al comienzo yo estuve lleno de coñac y no por eso me sentí identificado con el alcohol que me llenaba: dejé que su aroma impregnara mi madera y cuando me vaciaron, mi leña fragante recogió con agrado un vino y le aportó el sabor de la anterior experiencia. Así como yo siempre fui barril, aprenda usted a considerarse garrafa y no agua. ¡Que su pudrición actual quede como es: una experiencia que no afecta para nada la esencia de su vidrio!
 
¡Somos el que piensa y no lo pensado; el que siente y no lo sentido! Si nuestras ideas y pensamientos han caducado, que eso no afecte nuestro ser real: incorporemos nuevas ideas y nuevos sentimientos y no nos aferremos a un pútrido pasado.











NB. Este texto es de autoría anónima. Apareció publicado hace más de cuarenta años en un diario que no recuerdo si de la Ciudad de México o de Morelia. Entonces mucho me gustó, lo recorte, lo hice enmarcar y desde entonces está siempre presente en una pared de la cava familiar. Mucho lo he disfrutado releyéndolo. Ahora lo traigo aquí, pues trata de botellas de vino y algún destilado, pero particularmente de los hombres. Espero que ustedes lo disfruten como yo lo he hecho tantas veces al releerlo.