La noche de los mayas es una película mexicana que data de 1939. La dirección fue de Chano Urueta y los actores principales fueron Arturo de Córdova, Stella Inda, Isabela Corona y Luis Aldás.
Se desarrolla en un pueblo chiclero del sureste del país. Un joven se enamora de la hija del jefe de la tribu. Sin embargo, un hombre blanco llega a la población y seduce a la joven. La relación entre ellos provoca la escasez de lluvia, por lo que la muchacha es sometida al juicio de los dioses. Después es azotada y condenada al sacrificio.
El joven nativo va en busca del hombre blanco y lo mata, luego lleva su cuerpo a donde se está efectuando la ceremonia del sacrificio. La muchacha, al ver el cadáver de su amado, se tira al vacío.
La música es de Silvestre Revueltas y se consideró de calidad especial en muchos sentidos desde que se escuchó y se grababa para la película. Tanto fue así que de inmediato se le pidió que la armara como una suite sinfónica, lo que hizo pronto y en forma magistral. La película data de 1939 y Revueltas murió en 1940, apenas a los cuarenta años de edad y la suite sinfónica ya estaba hecha.
Silvestre Revueltas fue un mexicano que nació en una familia de artistas notables, que musicalmente se formó en México y en los Estados Unidos y que sus intereses principales en la música fueron la música popular mexicana, callejera, y la música experimental de la onda de Stravinsky, Ravel, Honneger y esos, teniendo un paralelismo ideológico, pero cada uno en su arte, con Diego Rivera.
La noche de los mayas está escrita para una orquesta sinfónica muy grande, incluyendo, especialmente, una sección de percusiones muy amplia con timbales, bongó, conga, tom-tom, güiro, instrumentos afrocubanos e indígenas; una verdadera parafernalia instrumental que desarrolla una obra sinfónica sin paralelo ni parecido alguno, mexicana y universal, intemporal y eterna, sin nada semejante o comparable ni con el mismo Silvestre Revueltas. La emotividad que genera el escucharla en vivo es indescriptible y no me permitiré descripción alguna.
Ha sido un privilegio en mi vida haberla escuchado el medio día del sábado 18 de mayo pasado en la Sala Tlaqná en Xalapa, con la Orquesta Sinfónica de la Texas Tech University bajo la dirección del maestro Lanfranco Marcelletti Jr, que dirigió durante diez años, recién pasados, a nuestra Orquesta Sinfónica de Xalapa.
Y como cantara Violeta Parra:
Gracias a la vida, que me ha dado tanto...