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Soy Rogelio Macías-Sánchez, de tantos años ya, que se me permite no decir cuántos. Soy mexicano y vivo en México país, médico cirujano de profesión, neurocirujano y neurólogo de especialidad. Ahora y por edad, soy neurólogo y neurocirujano en retiro. Soy maestro de mi especialidad en la Facultad de Medicina de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo y un entusiasta de la difusión de la ciencia a la comunidad. Pero eso no es toda mi vida. Soy un amante fervoroso de la música clásica, actividad que fomento desde mi infancia. La vivo intensamente y procuro compartirla. Soy diletante en vivo y mucho disfruto, de la música grabada, mejor cuando es en compañía de almas gemelas para esto. Finalmente, amo la vida y la disfruto. Parte de ello es comer bien y beber mejor, es decir, moderado pero excelente. De aquí mi afición a los vinos y las cavas. Los conozco, los disfruto y me entusiasma compartir lo que conozco y lo que me gusta. Esta página pretende abrir una comunicación sobre los vinos, la música clásica y la neurología para profanos. Si es socorrida, el mérito será de ustedes. Diciembre de 2022

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jueves, 1 de julio de 2021

INTERMEZZO 19. LAS EXTRAÑAS FLORES ROJAS DE NUESTRO JARDÍN 3

 




1 de julio de 2021


Las extrañas flores rojas de nuestro jardín siguen en nuestro jardín, igual de misteriosas, hermosas e intrigantes.

En esta entrada se enriquecen con  poemas alusivos de autoría anónima cercana.






 I


Mil pesares

pueden conjurarse

con flores

con cantos

 

Una serenata

ruiseñores que consuelan

 

Flores rojas

incandescentes

cubren con primor

la muy áspera ventana

de la vida

 

La flor y el canto

perfuman nuestras vidas

Ahuyentan cariñosos

los lúgubres acentos

de la existencia torva

 

El dolor no pasará

mas el canto

y las corolas preciosas quedarán.

Mitigan cual bálsamos poéticos

las tristezas eternas

incesantes


Busquemos en las flores y en el canto

la fortaleza

para poder vivir.

   



II

 

Efímera flor de

terciopelo rojo

surges victoriosa

al calor de

un sol mañanero

brillas, subyugas y reinas

por unas horas

después te vas

para reincorporarte

al cosmos con el flujo de la vida

 

Presentas la belleza

de lo efímero

esplendes en tu rojo desplante

y transcurres

sabiendo que lo breve

puede ser eterno



           III

 

Ojalá la poesía

pudiera perpetuar

el goce

de contemplar una flor

y avasallarnos

con la dulce serenata

del ensueño

 

No se logra la perpetuidad

más se instala

el instante

delirante

el que ilumina

nuestras vidas

 



 


lunes, 28 de junio de 2021

DE LAS MUJERES DE LOS MÚSICOS 1. BACH Y MOZART.

Johann Sebstian Bach



Se afirma de las mujeres que no se puede vivir con ellas ni sin ellas y es una afirmación que se ha hecho desde siempre y en todo el mundo. Incluye a todos los hombres, hasta los músicos. Se me ocurre para el día de hoy, y para otras entradas no sucesivas, decir de las mujeres de algunos músicos famosos. Empecemos con “el padre de la música”.





Johann Sebastian Bach (1685 - 1750) pertenece a una dinastía musical que se extendió por ocho generaciones y trescientos años, principalmente en Turingia, provincia alemana del norte. Las dos primeras generaciones fueron de panaderos de oficio y músicos de afición, pero a partir de la tercera fue la música su profesión y siempre trataron de acomodarse en las casas nobles o ricas como cantores, organistas, músicos municipales y, de ser posible, maestros de capilla. Luteranos practicantes, la austeridad fue la norma primera de su vida. Johann Sebastian fue de la sexta generación.

María Bárbara Bach






A la edad de veintidós años casó con María Bárbara Bach (1684 - 1720), su prima hermana y música (en el sentido literal de la palabra) también. Tuvo siete hijos con ella, hasta que lo dejó viudo en 1720.




Ana Magdalena Wilcken

Al año se casó con Ana Magdalena Wilcken (1701 - 1760), de sólo veinte años de edad, que como regalo de bodas de Bach recibió cuatro hijos y una bella canción. Hubo trece hijos en este segundo matrimonio, pero varios murieron. Muchos años después, ya muerto Bach, Ana Magdalena escribió una Pequeña crónica de su vida con él. En ella afirma que las mujeres más felices del mundo habían sido María Barbara Bach y ella, por haber vivido en matrimonio con Johann Sebastian. Describe una vida austera pero idílica, con un marido cariñoso y cuidadoso de su mujer y de sus hijos, que le concedía gran importancia a compartir la vida en la familia, donde todos aprendían y se educaban en la felicidad. Nunca hubo un grito, un enojo o un mal modo y de esa relación surgió la obra maestra de didáctica musical para los principiantes: El Librito para clave para Ana Magdalena Bach. Siempre vivieron dignamente pero siempre fueron pobres. A la muerte de Bach, entre deudas y repartir una raquítica herencia, Ana Magdalena se quedó con nada y aun objetos personales muy queridos tuvo que vender.

Wolfgang Amadeus Mozart


Wolfgang Amadeus Mozart (1756-1791) también fue miembro de una dinastía de músicos, pero muy pequeña. Su padre, Leopold, fue músico, pero su mayor mérito fue haber sido el padre de Wolfgang Amadeus y, desde luego, su maestro y genial primer administrador. Mozart tuvo un hijo músico, Franz Xaver Wolfgang, del que se conservan algunas piezas que sólo se dejan oír, y más se le recuerda por ser hijo de quien fue. Eran católicos, pero no muy entusiastas. En su primera juventud Mozart nunca rehusó los juegos amorosos, no siempre inocentes, que se daban en las reuniones familiares y de la sociedad que frecuentaba, sociedad de nobles y ricos, aunque él no lo fuera. 

Aloisa Weber







Aloisa Weber (1760 - 1839) fue una cantante, apreciada en su tiempo. Fue un gran amor del joven Mozart,  al que le rechazó una proposición de matrimonio.





Constanza Weber




Wolfgang Amadeus se casó a los veintiséis años con Constanza Weber (1762 - 1842), hermana de Aloisia. El enlace con Constanza no se dio nada bien, pues ni ella ni Mozart eran muy responsables para eso del matrimonio y la crianza de los hijos. El distanciamiento fue la norma y la muerte temprana de algunos hijos, también. Aunque hubo épocas de bonanza económica, el dinero se fue en el juego y la disipación. Las infidelidades conyugales parece ser que no le costaban trabajo a Mozart. En este sentido, de Constanza no se sabe nada con certeza, pero hay quienes afirman que también se divertía y hay quien dice que Franz Xaver Wolfgang (nacido pocos meses antes de la muerte de Mozart) era hijo de Franz Xaver Süssmayr, discípulo de Mozart que también cuidaba de Constanza. Años después de la muerte de Mozart, Constanza casó con un rico danés y fue a vivir a Dinamarca. Dedicó buen tiempo y dinero a recopilar la obra de su primer marido.