1 de julio de 2021
Las extrañas flores rojas de nuestro jardín siguen en nuestro jardín, igual de misteriosas, hermosas e intrigantes.
En esta entrada se enriquecen con poemas alusivos de autoría anónima cercana.
I
Mil pesares
pueden conjurarse
con flores
con cantos
Una
serenata
ruiseñores que
consuelan
Flores
rojas
incandescentes
cubren con primor
la muy áspera
ventana
de la vida
La
flor y el canto
perfuman nuestras
vidas
Ahuyentan
cariñosos
los lúgubres
acentos
de la existencia
torva
El
dolor no pasará
mas el canto
y las corolas
preciosas quedarán.
Mitigan cual
bálsamos poéticos
las tristezas
eternas
incesantes
Busquemos en las flores y en el canto
la fortaleza
para poder vivir.
II
Efímera flor de
terciopelo rojo
surges victoriosa
al calor de
un sol mañanero
brillas, subyugas y reinas
por unas horas
después te vas
para reincorporarte
al cosmos con el flujo de la vida
Presentas la belleza
de lo efímero
esplendes en tu rojo desplante
y transcurres
sabiendo que lo breve
puede ser eterno
III
Ojalá
la poesía
pudiera perpetuar
el goce
de contemplar una
flor
y avasallarnos
con la dulce
serenata
del ensueño
No se
logra la perpetuidad
más se instala
el instante
delirante
el que ilumina
nuestras vidas
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