Acerca de mí

Mi foto
Soy Rogelio Macías-Sánchez, de tantos años ya, que se me permite no decir cuántos. Soy mexicano y vivo en México país, médico cirujano de profesión, neurocirujano y neurólogo de especialidad. Ahora y por edad, soy neurólogo y neurocirujano en retiro. Soy maestro de mi especialidad en la Facultad de Medicina de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo y un entusiasta de la difusión de la ciencia a la comunidad. Pero eso no es toda mi vida. Soy un amante fervoroso de la música clásica, actividad que fomento desde mi infancia. La vivo intensamente y procuro compartirla. Soy diletante en vivo y mucho disfruto, de la música grabada, mejor cuando es en compañía de almas gemelas para esto. Finalmente, amo la vida y la disfruto. Parte de ello es comer bien y beber mejor, es decir, moderado pero excelente. De aquí mi afición a los vinos y las cavas. Los conozco, los disfruto y me entusiasma compartir lo que conozco y lo que me gusta. Esta página pretende abrir una comunicación sobre los vinos, la música clásica y la neurología para profanos. Si es socorrida, el mérito será de ustedes. Diciembre de 2022

Seguidores

Archivo del Blog

jueves, 21 de septiembre de 2023

INTERMEZZO 64. CAPRICHOS SIN MÁS...

El amarillo es el tercer color más frecuente del paisaje veracruzano











El azul de sus cielos es el primero ...




 




      

      ... y el verde, el segundo.

Los bichos no son difíciles de fotografiar.
Es más, les gusta, se prestan...







             ... y algunos alcanzan el                                        estrellato.

























































































































































lunes, 18 de septiembre de 2023

DE LAS FORMAS MUSICALES



En algunas entradas en este blog he escrito que la música es un lenguaje. Las comparaciones con el lenguaje verbal incluyeron los fonemas, las sílabas, las palabras y terminaron con la oración, los que he querido corresponder con la nota musical, el melisma, el motivo y el tema musical, respectivamente. Varias veces también he insistido en que no hay que tratar de buscar equivalencias de significado entre el lenguaje musical y el verbal, pues no existen.

Cuando alguna vez discutí esto con mi amigo Rodrigo de las Marismas, me dio opinión en el sentido de que la música no es un lenguaje, porque no permite el diálogo, sino que el mensaje se da en un sólo sentido, de intérprete a oyentes. Dice que el público no es capaz de contestar con el mismo código, y que por lo tanto, se está frente a un discurso y no un lenguaje. Quizá tenga razón, pero el discurso sigue las reglas sintácticas del lenguaje y podemos continuar nuestro planteamiento.

El tema musical, como la oración, dice algo totalmente significativo, es ya un elemento formal claramente definido y constituye la unidad formal fundamental de la música.

Con varias oraciones se hace un párrafo, pero una sola oración puede ser un párrafo, y con varios temas se hace un tema-párrafo en la música, que también puede estar constituido solamente por un tema.

Uno o varios párrafos integran un capítulo de una obra literaria, así como uno o varios temas-párrafo hacen una forma musical menor. Varias formas menores, agrupadas con cierto sentido, hacen una forma musical mayor, como la sinfonía, el concierto, la sonata de varios movimientos, la suite, etcétera. Son como la novela o el poema épico, que constan de varios capítulos.

Son formas musicales menores la forma sonata, las variaciones, el lied, el scherzo, el rondo y algunas otras, pero una de estas formas puede ser, por sí misma, una obra completa, como en la literatura un cuento corto o un soneto. Se llaman formas musicales menores por su extensión, no por su calidad, así como un cuento suele ser más breve que una novela, lo que no significa que sea de calidad inferior. Y así como en la literatura hay novelistas y hay cuentistas, en la música existen los autores que han cultivado preferentemente la sinfonía y otros las formas menores.

El poema sinfónico es demasiado largo y complejo para ser una forma menor, pero no está hecho con varias unidades formales como para llamarlo forma mayor. Eso también se da en la literatura.

Así como la prosa y la poesía tienen estructuras definidas para sus diferentes formas, también ocurre en la música. Los cambios y la evolución de las formas han dependido del genio y la audacia de los autores.

Ahora debería hacer una descripción de la estructura de las formas musicales más comunes, pero así como el mejor modo de entender la arquitectura de un soneto es escucharlo o leerlo, la mejor manera de entender la estructura de las formas musicales es escucharlas. Les invito a hacerlo.