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Soy Rogelio Macías-Sánchez, de tantos años ya, que se me permite no decir cuántos. Soy mexicano y vivo en México país, médico cirujano de profesión, neurocirujano y neurólogo de especialidad. Ahora y por edad, soy neurólogo y neurocirujano en retiro. Soy maestro de mi especialidad en la Facultad de Medicina de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo y un entusiasta de la difusión de la ciencia a la comunidad. Pero eso no es toda mi vida. Soy un amante fervoroso de la música clásica, actividad que fomento desde mi infancia. La vivo intensamente y procuro compartirla. Soy diletante en vivo y mucho disfruto, de la música grabada, mejor cuando es en compañía de almas gemelas para esto. Finalmente, amo la vida y la disfruto. Parte de ello es comer bien y beber mejor, es decir, moderado pero excelente. De aquí mi afición a los vinos y las cavas. Los conozco, los disfruto y me entusiasma compartir lo que conozco y lo que me gusta. Esta página pretende abrir una comunicación sobre los vinos, la música clásica y la neurología para profanos. Si es socorrida, el mérito será de ustedes. Diciembre de 2022

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lunes, 10 de agosto de 2020

SISTEMA NERVIOSO 2

La región más desconocida del universo sigue siendo el cerebro. (Villoro, 2017)

Esta sentencia de Juan Villoro no aplica al conocimiento de la anatomía, de las formas, grandes o chicas, macroscópicas o microscópicas, del sistema nervioso. Lo macroscópico lo expusimos aquí hace cuatro semanas; lo microscópico también se conoce en su totalidad, ahora que las nuevas técnicas de microscopía electrónica de barrido y la manipulación informática obtienen imágenes increíbles hasta de la mayor intimidad de las células más pequeñas del sistema nervioso, gliales o neuronas. No hay misterio alguno en ellas y sí, una gran belleza.

                     

                     

Los modernos estudios de imagen con resonadores magnéticos, usando técnicas para tractografía, ofrecen imágenes magníficas de los haces nerviosos que asocian distintas partes del encéfalo o que del encéfalo van a la médula espinal y viceversa.

             

Las imágenes de resonancia magnética funcional muestran las áreas corticales cerebrales que se encienden cuando se ejecuta una función, pero su información es muy limitada  ante la magnitud de la complejidad de funciones aún aparentemente simples.

Pero de la función específica global del SISTEMA NERVIOSO, única y no compartida, que es la RELACIÓN, nuestra ignorancia es abismal.

El término RELACIÓN, para fines de esta entrega, es la capacidad de “darnos cuenta de… y actuar en consecuencia”. Ni el “darnos cuenta de…” ni “el actuar en consecuencia” necesariamente son conscientes. Además, la relación no puede darse en forma individual; requiere de alguien o algo más con quien ejercerla, pocos o muchos, y estamos en ella siempre. Además, no se da en el éter, se hace en nuestro SISTEMA NERVIOSO (SN), alojado en un cuerpo complejo que se desenvuelve en un medio ambiente también complejo.

En la entrega del 13 de julio enumeramos los seis elementos funcionales necesarios para ejercer está función, que se dan en cinco elementos anatómicos. Un resumen de ello es el siguiente:

1. Receptores periféricos variados y especializados que recogen señales periféricas, 2. Un cableado conductor aferente que lleva esas señales al sistema nervioso central, 3. Un enorme conjunto de centros de procesamiento de la información, situados en el sistema nervioso central,    4. Un cableado conductor eferente que transmite estas órdenes ejecutivas a los efectores finales, 5. Los efectores finales, que son los músculos y las glándulas, y 6. Estas acciones finales actúan sobre los receptores periféricos que las desencadenaron, estableciendo ciclos funcionales ininterrumpidos.

La información que se recibe sobre el entorno es en forma de energía física (luminosa, química o mecánica) que en los receptores periféricos se transforma en eléctrica, la única que puede manejar el SN. Esta transformación tiene lugar en los receptores periféricos y se le llama transducción. A partir de este hecho y este sitio, las señales se conducen, a través de pasos sucesivos de neuronas y sinapsis (cadenas de neuronas) hasta el cerebro, donde se crean los mapas cognitivos de nuestro medio y de nosotros mismos, que se manifiestan como gnosias (capacidad de reconocer); la interacción de ellas constituye la conciencia del YO.

          Cadena neuronal

                    

                       

Las gnosias se crean en la corteza cerebral, pero en áreas distintas de la corteza para cada forma de sensibilidad (vista, oído, olfato, tacto, etcétera). De ahí se inician o continúan cadenas de neuronas de complejidad y trayectos variados, que en cada relevo en áreas de la corteza cerebral o cerebelosa o en núcleos compactos del interior del cerebro, el cerebelo y el tronco encefálico, se van modificando, redirigiendo, reorganizando, complejizando y generando nuevas funciones exclusivas del sistema nervioso: memoria, inteligencia, lenguaje, emociones, que actuando en conjunto constituyen la MENTE, capaz de crear conceptos e ideas y convertirlos en teorías, arte, ciencia, matemática y utilerías mil. Esta manifestación terminal sólo puede hacerse a través del movimiento y de secreciones glandulares. Los músculos y las glándulas son los efectores finales y únicos de ese complejo SISTEMA NERVIOSO. Las señales siguen siendo eléctricas y conducidas a los efectores a través de neuronas eferentes. Al llegar la señal eléctrica al efector muscular, cambia nuevamente a energía mecánica, que es el movimiento. Y así como la gnosia es la capacidad de reconocer, la praxia es la capacidad de saber hacer. Todo este complejo sistema de funciones del SN constituyen la función de RELACIÓN, la CONCIENCIA misma, que es el “darnos cuenta de… y actuar en consecuencia”.

Las gnosias y las praxias requieren de aprendizaje y memoria, y serán tantas cuantas podamos aprender y ejecutar; cuasi infinitas. Y toda actividad que ocurra en el SN no depende tanto del número de neuronas que alberga, sino de la forma y cantidad en que se comunican.

El SISTEMA NERVIOSO es una máquina          compleja que exige que muchas de sus piezas, cadenas y engranajes, trabajen simultánea y sincronizadamente para cumplir su función de RELACIÓN a cabalidad.

Como toda máquina de alta tecnología, necesita de un computador central, en su caso el CEREBRO, que administre y controle cada una de sus partes y sus funciones.

Ahora bien, la complejidad del SISTEMA NERVIOSO es muchos millones de veces mayor que esto que acabo de describir. Es el gran territorio ignoto del universo.