Acerca de mí
- Rogelio Macías Sánchez
- Soy Rogelio Macías-Sánchez, de tantos años ya, que se me permite no decir cuántos. Soy mexicano y vivo en México país, médico cirujano de profesión, neurocirujano y neurólogo de especialidad. Ahora y por edad, soy neurólogo y neurocirujano en retiro. Soy maestro de mi especialidad en la Facultad de Medicina de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo y un entusiasta de la difusión de la ciencia a la comunidad. Pero eso no es toda mi vida. Soy un amante fervoroso de la música clásica, actividad que fomento desde mi infancia. La vivo intensamente y procuro compartirla. Soy diletante en vivo y mucho disfruto, de la música grabada, mejor cuando es en compañía de almas gemelas para esto. Finalmente, amo la vida y la disfruto. Parte de ello es comer bien y beber mejor, es decir, moderado pero excelente. De aquí mi afición a los vinos y las cavas. Los conozco, los disfruto y me entusiasma compartir lo que conozco y lo que me gusta. Esta página pretende abrir una comunicación sobre los vinos, la música clásica y la neurología para profanos. Si es socorrida, el mérito será de ustedes. Diciembre de 2022
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lunes, 29 de enero de 2024
DE LA SINFONÍA Y LOS SINFONISTAS.
"Para mí, componer una sinfonía equivale a un acto de creación del mundo."
No hay un acuerdo
universal sobre su origen. Hay quienes piensan que, como toda la música, nació
en Italia, proveniente de las oberturas de óperas barrocas, que eran de tres
movimientos (rápido-lento-rápido); el último solía ser un minueto. No estaban relacionadas en cuanto al material
musical con la ópera a la que servían como introducción y hasta Verdi llamó
“sinfonía” a las oberturas de algunas de sus óperas. Quienes apoyan esta idea
italiana del origen de la sinfonía nunca aclaran en que momento se le agregó el
rondo final a la obertura de ópera para convertirse en sinfonía.
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Franz Joseph Haydn 1731 - 1809 |
Otros estudiosos opinan que la sinfonía deriva de la suite barroca de danzas en su concepto alemán, tan metódico como exigente. Con Bach y Haendel fue de cuatro danzas: Allemande, Courante, Sarabande y Gigue, que serían los cuatro movimientos de la sinfonía. El desarrollo de la suite a la sinfonía se facilitó por la aparición de la orquesta de Manheimm, que era muy grande para su tiempo y es el antecedente directo de la moderna orquesta sinfónica. Se desarrolló una gran orquesta para la nueva música y se componía música para la nueva orquesta. El concertador de este fenómeno de retroalimentación artística fue Johann Stamitz, distinguido precursor de Haydn y Mozart. Porque fue Haydn el que finalmente conformó y fijó la estructura de la sinfonía a través de las más de cien que compuso: Un primer movimiento de forma sonata, el segundo es un lied, el tercero es minué con trío (que evolucionó al scherzo a partir de Beethoven) y el cuarto un rondo, en ocasiones tan complejo que es una verdadera forma sonata, el rondo-sonata. Claro que esta norma sólo fue estricta para Haydn, pues desde Mozart mismo se hacían cambios en las formas de los movimientos, en su orden y aun en el número; hay sinfonías de dos, tres y hasta seis movimientos. Lo que nadie (creo) se ha atrevido a cambiar es que el primero sea de forma sonata y que marque la tónica de toda la obra.
Mozart,
que hizo más de cuarenta sinfonías, hizo de esta forma un modo de expresión
emotivo y de ideas y fue Beethoven, con sus incomparables nueve, todas
distintas, todas enormes y todas verdaderos testimonios ideológicos, quien
llevó la sinfonía a su máximo desarrollo, fundamentalmente por su capacidad
expresiva de sentimientos y pensamientos.
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Piotr Ilich Chaikovski 1840 - 1893 |
Después de esto, hacer una relación de los grandes sinfonistas que en el mundo han sido no es difícil, pues no son muchos y la lista que ahora propongo es mía, pero coincide mucho con la mayoría de opiniones que busqué. Vayan los nombres de Mozart, Haydn, Beethoven, Schubert, Bruckner, Brahms, Chaikovsky, Mahler, Sibelius, Prokofiev y Chostakovich. También vale mencionar a Mendelshon por sus sinfonías tercera y cuarta, a Dvorak por la octava y la novena y Stravinsky por su Sinfonía de Salmos.
Si
revisamos esta lista o cualquiera otra, llamará la atención que la sinfonía ha
sido un modo de expresión preferente de los músicos de habla alemana y hacia el
Oriente, hasta Rusia. No hay sinfonistas reconocidos de Italia o de España y
los franceses nunca le dieron muchas alas al género, a pesar de lo cual hay
algunos magníficos ejemplos: la Sinfonía Fantástica de Berlioz, la Sinfonía
Órgano de Saint-Saëns y la Sinfonía en Re de Cesar Fank. Las
sinfonías inglesas de Elgar,
Vaugham Williams o Britten son muy sosas y entre los norteamericanos, la
expresión sinfónica siempre resulta artificial. En el mundo de Escandinavia ya
mencioné a Sibelius y algunos críticos le dan crédito a Nielsen, de Dinamarca.
Desde la segunda mitad del siglo XX se ha dado un auge sinfónico en
Escandinavia, particularmente en Finlandia e Islandia, pero poco conocemos sus
trabajos. Krzysztof Penderecki, de Polonia, probablemente sea el sinfonista
contemporáneo más reconocido, por sus sus monumentales ocho sinfonías.
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Carlos Chávez 1899 - 1978 |
De los compositores latinoamericanos, me parece que los sinfonistas más importantes son Heitor Villa-Lobos, brasileño, y Carlos Chávez, mexicano, cuyas seis sinfonías merecen mucha más atención que la que hasta ahora se les ha prestado.