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Soy Rogelio Macías-Sánchez, de tantos años ya, que se me permite no decir cuántos. Soy mexicano y vivo en México país, médico cirujano de profesión, neurocirujano y neurólogo de especialidad. Ahora y por edad, soy neurólogo y neurocirujano en retiro. Soy maestro de mi especialidad en la Facultad de Medicina de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo y un entusiasta de la difusión de la ciencia a la comunidad. Pero eso no es toda mi vida. Soy un amante fervoroso de la música clásica, actividad que fomento desde mi infancia. La vivo intensamente y procuro compartirla. Soy diletante en vivo y mucho disfruto, de la música grabada, mejor cuando es en compañía de almas gemelas para esto. Finalmente, amo la vida y la disfruto. Parte de ello es comer bien y beber mejor, es decir, moderado pero excelente. De aquí mi afición a los vinos y las cavas. Los conozco, los disfruto y me entusiasma compartir lo que conozco y lo que me gusta. Esta página pretende abrir una comunicación sobre los vinos, la música clásica y la neurología para profanos. Si es socorrida, el mérito será de ustedes. Diciembre de 2022

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lunes, 6 de diciembre de 2021

DEL 55 FESTIVAL DE ÓRGANO DE MORELIA

Alfonso Vega Núñez en sus años mozos y en su sitio
preferido, el banco de un buen órgano


Se está dando en Michoacán, México, y en la provincia de Ávila en España, el 55 Festival Internacional de Órgano de Morelia “Alfonso Vega Núñez”, llamado así para honrar a su ilustre fundador y principal ejecutivo durante casi cincuenta años; homenaje sobradamente merecido.



Durante mis cincuenta años de ciudadano de Morelia y por mi afición a la música he asistido a más de cuarenta festivales y disfrutado en ellos el arte de intérpretes máximos del órgano y cientos de obras maestras para el instrumento. Escuché a Alfonso Vega Núñez (1924 - 2015) y algunas de sus obras. El balance de calidad y belleza, al cabo de medio siglo, es positivo casi al cien.

Mitad izquierda del cartel promocional del
55 Festival Internacional de Órgano de Morelia
"Alfonso Vega Núñez"
Muerto el maestro Vega Núñez, la organización de festival está a cargo de una organización presidida por algunos de sus hijos, que se ha encargado de mantener vivo el evento anual. Con una visión moderna, han introducido cambios y ampliaciones dándole al evento una estructura compleja con elementos musicales no sólo organísticos y algunos más allá de lo musical. El festival que ahora mismo se desarrolla es un ejemplo de ello; esto ha sido elogiado por algunos y criticado por muchos. El festival 55 es un evento socio-político-musical, no un festival de órgano. 

Los conciertos de órgano en Michoacán fueron tres, dos en Morelia y uno en Pátzcuaro, pero sólo fueron el marco al evento político y social que es el hermanamiento de ciudades de Michoacán con ciudades de la provincia de Ávila en España; en particular Ávila misma y Madrigal de las Altas Torres. Lo que las acerca es la personalidad de Vasco de Quiroga, que nació en Madrigal de las Altas Torres y dedicó gran parte de su vida, hasta el final de ella, al rescate y desarrollo de la etnia purépecha; es Tata Vasco.

Pero se está usurpando el nombre y el prestigio de un festival musical de alta cultura para un evento mixto, que relega el elemento musical a un segundo plano. Eso no es correcto, deben ser dos entidades diferentes si se quiere respetar y mantener la idea original del maestro Alfonso Vega Núñez.

Órgano monumental de la
Catedral de Morelia

El concierto inaugural se dio en la catedral de Morelia el viernes 26 de noviembre. Anunciado a las ocho de la noche, dio principio hasta las nueve y fue más de media hora de una retahíla de discursos insulsos que se escuchaban mal y que estuvieron a cargo de autoridades, funcionarios y adjuntos de Michoacán y de la provincia de Ávila en España. Vino la parte musical, que la verdad no fue gran cosa. Lo mejor fue la primera obra, la única para órgano solo. Estuvo a cargo del organista visitante Francisco Javier López, organista titular de la catedral de Ávila, que tocó una pieza de autoría propia compuesta especialmente para este evento, se llama Moreliana. Es de corte moderno y en una larga parte final se dan variaciones sobre uno de los temas de Las Mañanitas mexicanas. Tiene mérito musical, pero a mi no me gustó.

El programa continuó y terminó a cargo de la Orquesta Sinfónica de Michoacán (Osidem) bajo la dirección de su titular, el maestro Román Revueltas, con cuatro piezas, todas con acompañamiento secundario de órgano, para lo que se usó el segundo órgano, el que está a un lado del altar mayor. Fue primero una pieza cantada por la soprano española Sara Mantarraz Sanz, después el Adagio de Albinoni de Remo Giazzoto, regresó Sara Mantarraz para cantar el Ave María de Schubert y terminaron con el Aleluya del Oratorio El Mesías de Handel. Para este último se agregaron  el Ensamble coral "Alfonso Vega Núñez", el Octeto Vocal de la Universidad Michoacana, el Coro por la Paz y Francisco Javier López regresó al órgano grande. Pero toda esta parte fue apenas mediana, sin trascendencia y sin calidad verdadera, de una ligereza inconcebible para un concierto que pretendía continuar obra tan severa y profunda como fueron los festivales organizados y presididos por Alfonso Vega Núñez. Lástima.