Acerca de mí

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Soy Rogelio Macías-Sánchez, de tantos años ya, que se me permite no decir cuántos. Soy mexicano y vivo en México país, médico cirujano de profesión, neurocirujano y neurólogo de especialidad. Ahora y por edad, soy neurólogo y neurocirujano en retiro. Soy maestro de mi especialidad en la Facultad de Medicina de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo y un entusiasta de la difusión de la ciencia a la comunidad. Pero eso no es toda mi vida. Soy un amante fervoroso de la música clásica, actividad que fomento desde mi infancia. La vivo intensamente y procuro compartirla. Soy diletante en vivo y mucho disfruto, de la música grabada, mejor cuando es en compañía de almas gemelas para esto. Finalmente, amo la vida y la disfruto. Parte de ello es comer bien y beber mejor, es decir, moderado pero excelente. De aquí mi afición a los vinos y las cavas. Los conozco, los disfruto y me entusiasma compartir lo que conozco y lo que me gusta. Esta página pretende abrir una comunicación sobre los vinos, la música clásica y la neurología para profanos. Si es socorrida, el mérito será de ustedes. Diciembre de 2022

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jueves, 16 de enero de 2025

INTERMEZZO 96. APARECEN NUEVOS RECLAMONES

 

Las cosas se ponen difíciles con los colores para las entradas INTERMEZZO en este blog. Ahora son el  Blanco y el Negro que reclaman preferencia en los intermezzi arguyendo que ellos son el sustrato de todos los colores. El blanco invoca que él es la conjunción de todos y el negro sostiene que siendo él la ausencia de cualquier color, luce como tal y que es indispensable en cualquier ilustración colorida. Sin el negro y el blanco no habría color alguno y exigen tener crédito en los intermezzi de este blog. Por hoy les hago caso y tendremos una entrada en blanco y negro; espero que no se disgusten demasiado los otros colores.






 











lunes, 13 de enero de 2025

UNA VEZ MÁS: ¿QUÉ ES LA MÚSICA?

 

Esta pregunta se ha hecho miles de veces a través de los siglos y si bien han habido muchas respuestas, la más cuerda en la actualidad es: “la música es un lenguaje”.

Pero entonces, ¿qué es un lenguaje?

Para responder a esto hay que escoger una de las varias acepciones y escojo la que me parece más adecuada al tema que estamos tratando, la de la Academia de la Lengua:

lenguaje: Facultad del ser humano de expresarse y comunicarse con los demás a través del sonido articulado o de otros sistemas de signos.

Si analizamos nuestro lenguaje verbal, aquel que a diario usamos en la vida, entenderemos perfectamente la definición. El sonido articulado es el de las letras del abecedario que juntas en distintos órdenes dan lugar a distintas palabras que unidas en diversas formas se constituyen en frases u oraciones que significan ideas. Si esas ideas las expreso para alguien más, pocos o muchos, les estoy comunicando tales o cuales ideas o sentimientos. Es el lenguaje verbal.

Página escrita en lenguaje verbal

Esos signos sonoros tienen equivalencia escrita y por lo tanto se pueden comunicar las ideas no sólo diciéndolas, también escribiéndolas; llegarán a los demás cuando las lean. Es lo que sucede con los libros y lo que están haciendo ustedes conmigo al leer el texto de esta entrada. ¿Si o No?


Todo esto e igual ocurre con la música. Las notas musicales (do, re, mi, etc., llanas o sostenidas o bemoles) son los sonidos unitarios correspondientes a las letras del abecedario, que se pueden emitir con la voz o con instrumentos musicales. Y también se pueden escribir en un papel pautado, para leerse, como se hace con un texto verbal y así obtener música, que, como el lenguaje verbal, trasmite ideas.

Página escrita en lenguaje musical

Ahora bien, lo interesante es que no hay traducción entre el lenguaje verbal y el musical y para eso recuerdo aquí lo que me sucedió el día que cabalmente entendí esto:

Hace ya muchos años estaba yo en un concierto de cámara con un amigo, no recuerdo ni donde ni cuando, pero sí quien era el amigo: era un gran diletante de la música, yo no. Emocionados ante la audición de un cuarteto de cuerdas bellísimo, me permití preguntarle, en voz muy baja: “Estoy muy emocionado, pero ¿qué  me está diciendo esa música?, porque algo me dice, ¿qué significa?”. También en voz muy baja me contestó: “Eso”, y me señaló a los músicos. El mensaje de la música no tiene traducción al verbo. Es la música que escuchamos o leemos en la partitura escrita con notas y hay que recibirlo como tal; no tiene traducción al lenguaje verbal.

Para terminar, recuerdo unas palabras de Silvestre Revueltas, quizá el más eminente de los músicos mexicanos, en este sentido:

“Si yo pudiera expresar mis ideas con palabras, no me pasaría las noches enteras escribiendo esos cientos de notas”.


Pentagrama musical en el cielo
(aquí sería tetragrama)