
Esta entrada quizá sea más grande en su justificación que en su contenido temático, pero así lo creo necesario y quizá resulte más divertida. Primero, para recordar a quienes ya lo leyeron o darlo a conocer a quienes no, que esta plataforma, que se llama blog, la inicié para no morir del aburrimiento y la inactividad a que nos tenía confinados el aislamiento obligado por la pandemia del Covid 19. Mi encierro empezó en marzo del 2020 y para principios de junio empezaba yo a enloquecer. Lo evité con la entrada primera del 22 de ese mes que trató de vinos y el encierro; desde entonces no han fallado los lunes.
El vino me gusta y lo disfruto con prudencia. Para nada soy profesional de actividad alguna relacionada con él, pero yo ya sabía mucho del vino, pues desde hacía más de cincuenta años había cultivado su conocimiento con instrucción personal; entonces ya había libros.
Cuando hube de seguir con entradas que trataran del vino, llegó el momento de buscar ayuda en la Internet y así lo he seguido haciendo, conformándolas con mis experiencias y conocimientos previos y las novedades sacadas de esa inmensa nube informática de la que ahora todos disponemos. Y, ¡oh sorpresa!, no pocas de las páginas encontradas aparecieron más o menos cuando la mía y por el mismo motivo: el aislamiento obligado por la pandemia. De mucho nos ha servido a no pocos.
Ahora es el caso y comentaré algo sobre el amado vino...
Compañero fiel
Desde el fondo de los tiempos
Perdura tu noble estirpe
Si un alma sola se sirve
Una copa de buen vino.
Savia nueva que en racimos
Rezuma y despierta calmas
Desde la noche hasta el alba
Aleja penas y olvidos.
Buen amigo, consejero
Fiel sembrador de esperanzas
Sangre que se hace palabra
Vocablo que se hace rima
Pentagrama que domina
El ritmo que dan las ansias
Y que acorta las distancias
Al saborear tu armonía.
Inspiración, musa alada
De poetas y bohemios
Acunando viejos sueños
Que revives con tu aroma
Multicolor policroma,
Tonos verdes y rojizos
Brindemos hoy que tu hechizo
Su canto ancestral entona.
Claudio Anibal Tachino Revello
Uruguay
Perdón..., es que rebuscando un anecdotario del vino que había yo encontrado, me topé con este hermoso poema contemporáneo. Preferí traerlo a ustedes el día de hoy.