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Soy Rogelio Macías-Sánchez, de tantos años ya, que se me permite no decir cuántos. Soy mexicano y vivo en México país, médico cirujano de profesión, neurocirujano y neurólogo de especialidad. Ahora y por edad, soy neurólogo y neurocirujano en retiro. Soy maestro de mi especialidad en la Facultad de Medicina de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo y un entusiasta de la difusión de la ciencia a la comunidad. Pero eso no es toda mi vida. Soy un amante fervoroso de la música clásica, actividad que fomento desde mi infancia. La vivo intensamente y procuro compartirla. Soy diletante en vivo y mucho disfruto, de la música grabada, mejor cuando es en compañía de almas gemelas para esto. Finalmente, amo la vida y la disfruto. Parte de ello es comer bien y beber mejor, es decir, moderado pero excelente. De aquí mi afición a los vinos y las cavas. Los conozco, los disfruto y me entusiasma compartir lo que conozco y lo que me gusta. Esta página pretende abrir una comunicación sobre los vinos, la música clásica y la neurología para profanos. Si es socorrida, el mérito será de ustedes. Diciembre de 2022

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jueves, 29 de julio de 2021

INTERMEZZO 21. FLORALIA POR PAREJAS Y ALGUIEN MÁS.










¡Bueno, este es un autorretrato con flores!

En la modernidad, una "selfie" 











              

         Ahora sí, floralia por parejas.






























             
             
              Pareja escapando de prisión.






















































Otras prisioneras escapando.








Vegetalia mayor, también en pareja.




































¡¿  .... ?!






Mejor cerrar con este atardecer
desde mi colonia.

lunes, 26 de julio de 2021

DE LAS MUJERES DE LOS MÚSICOS 3. WAGNER.

Richard Wagner (1813 - 1883)

 No fue fácil para las mujeres compartir su vida con un personaje como Richard Wagner. En el ensayo “Ópera y drama” Wagner escribió: “La música es una mujer" y estaba convencido de que la música sólo podía engendrar una “melodía verdadera y vibrante” si era fecundada por los pensamientos de un poeta. La vida privada y la vida artística de Wagner siempre estuvieron muy ligadas. Esto ayuda a explicar porqué a las figuras femeninas sobre el escenario y las mujeres reales en la vida del compositor se les ha considerado como "sacrificadas". Se supone que ellas ignoraban sus propias necesidades en pro del amor por el maestro. Aunque Wagner fue muy generoso con su amor, son tres las mujeres que significaron en su vida y que tienen contraparte en algunos personajes de sus óperas. Ellas son:

Minna Planer (1809 - 1866)


Minna Planer. Wagner estuvo casado durante 30 años con ella. En su juventud fue una actriz muy exitosa. Su relación matrimonial, con muchos altibajos, estuvo agobiada por aventuras amorosas y una pobreza crónica exacerbada por el extravagante estilo de vida de Wagner. Después de casarse en 1836, Minna siguió a su marido a Riga, en Letonia. Tres años más tarde se vieron obligados a huir de los acreedores hacia Londres y París. Minna era vista como una mujer práctica y maternal que tomaba cuidado de Wagner sin alcanzar su calibre intelectual. Sin embargo, su relación debe haber sido muy intensa teniendo en cuenta las 400 cartas que se conservan hasta hoy. Wagner llegó a desdeñar este matrimonio tildándolo de locura juvenil, a pesar de haber dicho alguna vez que no podía vivir sin ella; pero es un hecho que, con excepción de Parsifal, Wagner preparó todas sus óperas con ella. Sin embargo, Wagner no consideró las necesidades de seguridad material de Minna. Al haber participado políticamente del Levantamiento de Mayo de 1849 en Dresde, el compositor se vio a sí mismo por todas partes en carteles de “se busca”. El matrimonio fue puesto a prueba una vez más en Zurich, donde ambos obtuvieron asilo político.

Mathilde Wesendonck (1820 - 1902)


Ahí apareció Mathilde Wesendonck, esposa de un mecenas muy adinerado. En ella, Richard Wagner encontró el alma gemela que inspiró sus obras. La musa de Wagner tuvo una influencia enorme en la creación de El oro del Rin, le puso música a cinco poemas de ella (las Canciones de Mathilde Wesendonck), le dedicó también el Preludio de la ópera La Valquiria y la relación triangular entre Minna, Mathilde y Richard fue la inspiración de Tristán e Isolda, dicen algunos. La supuesta relación platónica entre Wagner y Mathilde Wesendonck se volvió tan íntima que originó conflictos con los respectivos cónyuges. Después que Minna interceptó una carta muy efusiva dirigida a Mathilde, Wagner huyó a Venecia. A pesar de todo, el esposo de Mathilde siguió siendo un fiel mecenas de Wagner, ayudándolo en su proyecto de la creación del Teatro de los Festivales en Bayreut.

Cosima Liszt (1837 - 1930)

Al cortarse las relaciones con Minna y Mathilde, Wagner puso su atención en Cosima von Bülow, hija ilegítima de Franz Liszt y la condesa francesa Marie d'Agoult. Cosima todavía estaba casada con el director de orquesta Hans von Bülow cuando se convirtió en amante de Wagner. Por aquél entonces, Wagner estaba en una buena posición económica y cuando finalmente se casaron en 1870, ya tenían tres hijos: Isolde, Eva y Siegfried. Con ellos, Cosima comenzó la dinastía de Bayreuth después de la muerte del compositor. Era autoritaria y fría. Se definió como persona de la vida pública y dejó bien claro el impacto que produjo en la obra de su marido. Tras la muerte de Wagner en 1883, asumió el cargo de directora de los Festivales de Bayreuth hasta 1906, transformó el experimento original en toda una institución y dispuso la fundación del culto a Wagner. Consciente de su poder y autonomía, Cosima no dudó en sacrificar su propia identidad para conservar la memoria del genio creativo de su marido.