Acerca de mí

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Soy Rogelio Macías-Sánchez, de tantos años ya, que se me permite no decir cuántos. Soy mexicano y vivo en México país, médico cirujano de profesión, neurocirujano y neurólogo de especialidad. Ahora y por edad, soy neurólogo y neurocirujano en retiro. Soy maestro de mi especialidad en la Facultad de Medicina de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo y un entusiasta de la difusión de la ciencia a la comunidad. Pero eso no es toda mi vida. Soy un amante fervoroso de la música clásica, actividad que fomento desde mi infancia. La vivo intensamente y procuro compartirla. Soy diletante en vivo y mucho disfruto, de la música grabada, mejor cuando es en compañía de almas gemelas para esto. Finalmente, amo la vida y la disfruto. Parte de ello es comer bien y beber mejor, es decir, moderado pero excelente. De aquí mi afición a los vinos y las cavas. Los conozco, los disfruto y me entusiasma compartir lo que conozco y lo que me gusta. Esta página pretende abrir una comunicación sobre los vinos, la música clásica y la neurología para profanos. Si es socorrida, el mérito será de ustedes. Diciembre de 2022

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lunes, 24 de febrero de 2025

LUDWIG Y JOSÉ ALFREDO

 


José Alfredo Jiménez
(1926 - 1873)






Si la música fuera tan reclamona como los colores, semanas harían que ya estuviera “exigiendo su tequila y exigiendo su canción”, como dijera José Alfredo Jiménez, a quien un animador de un centro nocturno en Morelia llamó con justicia: “José Alfredo Beethoven”. El tal animador lo dijo después de escuchárselo a mi esposa cuando pasábamos por la calle del centro nocturno donde se presentaría: “Una noche con canciones de José Alfredo”.




Ludwig van Beethoven
(1770 - 1827)

Alguien pudo escandalizarse de la comparación, y de hecho así fue, pero no hubo ni hay razón para ello. Los dos fenómenos musicales, Beethoven y José Alfredo, representan los mayores valores de las corrientes estético-musicales que abordaron cada uno de ellos, sin que  ninguna de las dos sea más valiosa que la otra. Beethoven y José Alfredo son almas gemelas, que vivieron y actuaron en paraísos diferentes, llenaron sus mundos y el tiempo de arte y belleza y murieron para el mundo material jóvenes y de lo mismo: cirrosis hepática por alcoholismo crónico.




Pero aquí están, no han muerto; jóvenes y para siempre, los dos.  Sólo hay que oír su música.