Dicen, los que dicen que saben, que la historia del vino ha discurrido paralelamente a la
historia de la humanidad; pero también podría ser lo contrario, por lo menos
en un principio: que la historia de la humanidad haya discurrido paralelamente
a la del vino.
El vino es una bebida alcohólica producto de la fermentación del jugo de uva. Habemos quienes creemos que fue descubierto, más que inventado, por el hombre. En un cuenco de piedra al pie de una mata de Vitis vinifera sylvestris, que la lluvia había colmado de agua y le cayeron algunas uvas maduras; ahí quedaron agua y uvas y pasados unos días se inició el proceso natural de fermentación. Se hizo el vino y algún hombre sediento que pasó por el lugar lo bebió. ¡El vino estaba descubierto! Todo fue repetir el proceso natural, pero eso llevó miles de años.
Vitis vinifera sylvestris
Recientemente se encontró la bodega de vasijas de vino más antigua conocida, data del año 6000 a.C., mil años antes del invento de la escritura. Está en Armenia (número 1 del mapa) y ella fue el indicio de vida civilizada de la especie Homo sapiens en ese lugar. ¡El vino es prehistórico!
Evidencia muy antigua de la producción y consumo de vino es una vasija del año 5400 a.C., hallada en el poblado de Hajii Firuz Tepe, en los montes Zagros, región que hoy comparten Irak e Irán (2); pero es hasta el año 3.000 a.C. cuando se estima que se produjo el verdadero nacimiento del vino. Los arqueólogos han encontrado indicios que fijan el origen de la primera cosecha de uva para hacer vino en Sumeria, en las fértiles tierras regadas por el Tigris y el Éufrates en la antigua Mesopotamia, hoy en Irak (3).
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Vasijas egipcias 3000 a.C. |
La Vitis vinifera es tan acomodaticia y
poco exigente de condiciones para “darse”, que pronto se acomodó en China (2000
a.C.), antes de llegar a Europa. Las caravanas comerciales hacia el Lejano Oriente
eran capaces de llevar cualquier producto a cualquier lugar y, hoy por hoy, la
industria vitivinícola china está en auge y expansión.
La Biblia, aparte de su significado religioso para el judaísmo y el cristianismo, es un referente histórico de la antigüedad. La Ley de Moisés, por la cual se debía regir el pueblo de Dios, permitía el uso del vino, pero prohibía la embriaguez. En esto cayó Noé, que cultivaba vid y hacía vino en casa. Una tarde lo encontraron sus hijos, borracho y desnudo. No podemos saber, ni aproximadamente, el año en que esto ocurrió, pues la Biblia es muy inexacta en sus fechas, además de que Noé y su arca parecen ser mitos.
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Michelangelo Buonarroti: La embriaguez de Noé |
Pronto surgió
Roma en la parte central de Italia (6), con su espíritu conquistador y poderío militar, su
civilización y su incultura. Esto último lo remediaron importando sabios, filósofos
y artistas griegos, que gustosos emigraban tras el “sueño romano”. Ellos
llevaron la cultura del vino a Roma, alrededor del año 200 a.C. Allá se
adoptó al dios griego del vino cambiándole de nombre, Baco, que presidía cada
año la fiesta de la vendimia. Aplican nuevas técnicas a la vinicultura, la hacen más práctica y aparece por vez primera, hasta donde yo sé, el vino
blanco. Símbolo de riqueza, poder y lujo, el vino blanco se servía en copas de
cristal en las casas de los nobles, mientras que el tinto se servía en las
tabernas populares.
En el Nuevo Testamento aparecen dos citas fundamentales en la historia del vino. La primera (Juan 2:9s): “Jesús suministró ciento veinte galones de vino en las bodas de Caná”. La segunda: “Jesús usó vino en su última cena con los discípulos”. Esto último fue determinante para la expansión de la cultura del vino al Occidente.
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Simon_Ushakov: La última cena |
A partir del primer siglo después de Cristo, los judíos cristianos, perseguidos en Israel por los romanos y los judíos ortodoxos, emigraban también en masa a Roma, persiguiendo, como los griegos, el “sueño romano”. Y fueron muchos que se infiltraron en el pueblo, se desarrollaron y tomaron poder. Con ello, llevaron también a Roma la cultura del vino, pues por su liturgia estaban obligados a hacerlo: en cada misa debía de consagrarse el vino para convertirlo en la sangre de Cristo.
A las conquistas militares de
Roma iban romanos originarios y cristianos y así llevaron la cultura latina, la
religión cristiana y el vino a la Iberia (7) (Portugal y España), a las Galias (7) (Francia) (de donde tomaron el uso de madera para
las barricas de vino), a Germania (7) (Alemania), Rumania (7) e Inglaterra (7). Después, como mil doscientos años después, se
llevó toda esta cultura a América, Oceanía y muchos lugares más, imponiéndola a
sangre y fuego.
Aquí me quedo por hoy.