Acerca de mí

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Soy Rogelio Macías-Sánchez, de tantos años ya, que se me permite no decir cuántos. Soy mexicano y vivo en México país, médico cirujano de profesión, neurocirujano y neurólogo de especialidad. Ahora y por edad, soy neurólogo y neurocirujano en retiro. Soy maestro de mi especialidad en la Facultad de Medicina de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo y un entusiasta de la difusión de la ciencia a la comunidad. Pero eso no es toda mi vida. Soy un amante fervoroso de la música clásica, actividad que fomento desde mi infancia. La vivo intensamente y procuro compartirla. Soy diletante en vivo y mucho disfruto, de la música grabada, mejor cuando es en compañía de almas gemelas para esto. Finalmente, amo la vida y la disfruto. Parte de ello es comer bien y beber mejor, es decir, moderado pero excelente. De aquí mi afición a los vinos y las cavas. Los conozco, los disfruto y me entusiasma compartir lo que conozco y lo que me gusta. Esta página pretende abrir una comunicación sobre los vinos, la música clásica y la neurología para profanos. Si es socorrida, el mérito será de ustedes. Diciembre de 2022

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jueves, 12 de junio de 2025

INTERMEZZO 102. CARITAS SONRIENTES MEXICANAS-


CARITAS  SONRIENTES  DE  NUESTRAS  CULTURAS ORIGINARIAS,  PRE. . . .




































































                                                                                                                                                                                                                                                                             














Esta no es una carita sonriente,  es una cara doliente tremendamente emotiva.
















Esta no es prehispánica ni es carita; es una palomita moderna y una consentida de la casa.
Exigió salir aquí







N.B.  Todas las fotografías fueron tomadas por mí en diferentes 
museos antropológicos del país y tienen muchos años, muchos verdaderamente.









lunes, 9 de junio de 2025

A LA VEJEZ, VIRUELAS.

 



Francis Poulenc
(1899 - 1963)








Mi vida, ya más larga que la normalidad mexicana, se ha desenvuelto en dos campos culturales que mucho amo: la ciencia aplicada y el arte. La ciencia aplicada fue la medicina, con especialización en la neurocirugía, la que ejercí por más de cincuenta años. Del arte sólo fui espectador, particularmente de la música, pero confieso que un muy buen espectador en ese género.



Esta afición la sigo ejerciendo y creo que lo haré hasta la víspera de mi muerte; espero que me queden algunos añitos. Mucho escribí de medicina, de mis especialidades; ahora sólo me queda hacerlo de la música, es un inmenso placer. Mi foro preferido en la actualidad es éste: Vinos, música y neurología para profanos, desde las Tierras Altas de Veracruz. Para la música me ayuda muchísimo el vivir  cerca de la Sala Tlaqná, recinto artístico de la Orquesta Sinfónica de Xalapa, privilegio que aprovecho y disfruto inmensamente.

Ahora bien, en la música me eduqué gustando los autores antiguos: Mozart, Beethoven, Brahms, Chaikovski y demás por el estilo, y conscientemente me negué a la modernidad, con algunas excepciones, como Shostakovich. Y así me volví viejo, hasta ahora que, viviendo donde vivo y con la Orquesta Sinfónica de Xalapa (OSX) a la mano, me he abierto a los autores modernos, incluyendo los contemporáneos. Mi mundo musical gustado se ha ampliado enormemente con la modernidad, lo que, sentimentalmente, me rejuvenece.

Tal sucedió el pasado viernes 6 de junio, cuando la OSX nos ofreció, para “abrir boca”, el  Concierto para dos pianos y orquesta de Francis Poulenc, con Jan Bratoz y Diana Ortigoza como solistas, llevando como director al maestro Martín Lebel, titular del puesto.

Francis Poulenc fue un músico francés nacido en 1899 y fallecido en 1963. Esto significa que murió cuando yo tenia veintiséis años de edad y ya era un adicto a la música de concierto; ya sabía yo de los músicos contemporáneos, a los cuales rechacé consciente y voluntariamente durante más de cincuenta años sin darme la oportunidad de conocerlos. Ahora, que no tengo responsabilidades profesionales y las de otro tipo se han reducido en forma importante, he vuelto a ser el melómano casi de tiempo completo, pero, a la vejez viruelas, me he abierto, como nunca pensé que podría hacerlo, a la música contemporánea. Los resultados, como satisfacción personal, han sido estupendos: se me han abierto los mundos maravillosos de la buena música contemporánea. Solamente espero  y quiero que me alcance el tiempo de vida que me queda para medio ponerme a mano con la música de mi tiempo, la de ahora, como el Concierto para dos pianos y orquesta de Francis Poulenc, que en forma tan estupenda nos sonó el pasado viernes 6 de junio en la Sala Tlaqná, con Jan Bratoz y Diana Ortigoza como solistas y la Orquesta Sinfónica de Xalapa, todos bajo la dirección del maestro francés Martin Lebel.

La experiencia estética de este concierto me acompañará como recuerdo por el resto de mis días.