Acerca de mí

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Soy Rogelio Macías-Sánchez, de tantos años ya, que se me permite no decir cuántos. Soy mexicano y vivo en México país, médico cirujano de profesión, neurocirujano y neurólogo de especialidad. Ahora y por edad, soy neurólogo y neurocirujano en retiro. Soy maestro de mi especialidad en la Facultad de Medicina de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo y un entusiasta de la difusión de la ciencia a la comunidad. Pero eso no es toda mi vida. Soy un amante fervoroso de la música clásica, actividad que fomento desde mi infancia. La vivo intensamente y procuro compartirla. Soy diletante en vivo y mucho disfruto, de la música grabada, mejor cuando es en compañía de almas gemelas para esto. Finalmente, amo la vida y la disfruto. Parte de ello es comer bien y beber mejor, es decir, moderado pero excelente. De aquí mi afición a los vinos y las cavas. Los conozco, los disfruto y me entusiasma compartir lo que conozco y lo que me gusta. Esta página pretende abrir una comunicación sobre los vinos, la música clásica y la neurología para profanos. Si es socorrida, el mérito será de ustedes. Diciembre de 2022

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jueves, 1 de diciembre de 2022

INTERMEZZO 46. DEL REDOR INTERNO DE MI AMADO JARDÍN.






¡Mi hermoso jardín comunal!
Diario lo caminamos, varias vueltas por su redor interior.
Esto vemos y juntamos.







Tercia de hongos, de efímera existencia...

















... y los semilleros caídos de una araucaria.








































































El macho en su harem...

















... y cruzando la calle por la cabecera Oriente, el guardián esperando al panadero.














































































Casi la piso...

































































































Cruzo la calle por la cabecera Oriente del parque, para abrazar a la hermosa catrina que presumen en la fondita del lugar.

Hasta la próxima.



lunes, 28 de noviembre de 2022

MENTE Y DEMENCIA

Ver la entrada del 13 de septiembre de 2021









La palabra demencia deriva del latín de, privativo, y mens, mentis: juicio; esto es, carente de juicio. De ahí, locura, perturbación mental.


Cerebro normal



Juicio es cordura y depende de la mente. Es una función de la totalidad del sistema nervioso pero presidida por la corteza cerebral. Es el culmen de la función de relación, sólo superada en trascendencia que no en complejidad, por la conciencia, que es la capacidad de darse cuenta de..., sin la cual no hay nada.


La mente, conocida hace algunos años como inteligencia, también se le identifica como pensamiento. En la actualidad se prefiere usar el término cognición. Es la función más compleja del universo, que compartimos los humanos con casi todas las especies animales, aunque en diferentes grados, según perspectivas. Se integra, a su vez, con cinco funciones diferentes: gnosia o capacidad de reconocer; praxia o saber hacer; inteligencia o capacidad de improvisar; memoria o capacidad de almacenar información y ser capaz de llamarla cuando se quiera o se necesite; y lenguaje, en mi opinión la función príncipe de nuestra especie, sistema de signos que utiliza una comunidad para comunicarse oralmente o por escrito. La especie humana en la actualidad NO puede comunicarse sin lenguaje; la pobreza de lenguaje conlleva pobreza del pensamiento.

Cada uno de estas funciones tiene sistemas funcionales propios bastante bien definidos en el sistema nervioso, de algunos de los cuales he dicho en entradas previas; no viene al caso repetirlas ahora.

Ahora bien, la anormalidad por defecto de la cognición es una condición clínica que se llama demencia, pero no se requiere que fallen las cinco funciones primarias constitutivas, pero si es exigencia que fallen por lo menos dos. La que más falla o lo hace primero es la memoria, particularmente la de hechos recientes; esto se llama amnesia. Le sigue la gnosia, particularmente de lugares o de personas; se llama agnosia. Sigue en frecuencia la incapacidad para improvisar ante problemas novedosos y después la afasia, que es la pérdida del contenido simbólico del lenguaje. Finalmente, la apraxia, el no saber hacer, es la condición menos frecuente, pero se da.

Ahora bien, es condición ineludible para calificar una demencia, que las funciones ya descritas se hallan perdido, es decir, que el paciente las halla tenido normales previamente.

La demencia no es una enfermedad, es un síndrome. Esto significa un conjunto de síntomas y signos clínicos, que siempre van juntos y son los mismos, que tienen el mismo mecanismo de producción y que pueden ser provocados por varias causas. El diagnóstico de un síndrome nos obliga a buscar la enfermedad que la causa y esa tratar.

Cerebro con Enfermedad de Alzheimer

Las causas de demencia no son muchas ni pocas, pero si varias; unas tienen tratamiento y otras no. La que ahora está más en bocas de la gente es la Enfermedad de Alzheimer, enfermedad degenerativa de algunas estructuras bien definidas del cerebro. Suele aparecer después de la madurez de edad, es progresiva e incurable. Hay medicamentos que algo la mejoran por algún tiempo.

Cerebro con hidrocefalia normotensa

Una causa curable de demencia es la hidrocefalia normotensa, que consiste en la dificultad de absorber el líquido cefalorraquídeo dentro del cráneo, lo que provoca dilatación de las cavidades normales del cerebro y demencia. El tratamiento quirúrgico de esta condición con una derivación del líquido hacia el abdomen o el corazón, cura la demencia.


Un último ejemplo: la depresión anímica severa puede llevar a un cuadro que remeda totalmente una demencia. El tratamiento de la depresión, psiquiátrico y/o con medicamentos, hace desaparecer la demencia.

Estos son tres ejemplos de causas de demencia, pero hay varios más.
¡Ojo, pues!