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Soy Rogelio Macías-Sánchez, de tantos años ya, que se me permite no decir cuántos. Soy mexicano y vivo en México país, médico cirujano de profesión, neurocirujano y neurólogo de especialidad. Ahora y por edad, soy neurólogo y neurocirujano en retiro. Soy maestro de mi especialidad en la Facultad de Medicina de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo y un entusiasta de la difusión de la ciencia a la comunidad. Pero eso no es toda mi vida. Soy un amante fervoroso de la música clásica, actividad que fomento desde mi infancia. La vivo intensamente y procuro compartirla. Soy diletante en vivo y mucho disfruto, de la música grabada, mejor cuando es en compañía de almas gemelas para esto. Finalmente, amo la vida y la disfruto. Parte de ello es comer bien y beber mejor, es decir, moderado pero excelente. De aquí mi afición a los vinos y las cavas. Los conozco, los disfruto y me entusiasma compartir lo que conozco y lo que me gusta. Esta página pretende abrir una comunicación sobre los vinos, la música clásica y la neurología para profanos. Si es socorrida, el mérito será de ustedes. Diciembre de 2022

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jueves, 4 de marzo de 2021

INTERMEZZO 13 . LAS EXTRAÑAS FLORES ROJAS DE NUESTRO JARDÍN 2




El intermezzo 7 del 24 de diciembre pasado fue el primero que se llamó Las extrañas flores rojas de nuestro jardín. Hoy vuelven al blog porque mantienen su fascinación inexplicable sobre mí. Son un misterio, una belleza y un amor verdadero. Son de cultivo en el hogar, pero seguimos sin saber cómo y cuando llegaron a casa. Aunque los hemos buscado y preguntado, somos ignorantes de sus nombres, el popular y el científico. Se ha difundido un poco en la casa, pero no fuera de ella, aunque hemos dado semillas y piecitos para conseguirlo. Siguen siendo las extrañas flores rojas de nuestro jardín. Ahora vuelven a este foro con nuevas fotografías y sin más.






Son vegetales sin clorofila, de tallos y hojas color vino tinto, cafés al trasluz. Las flores, hermosas, son de rojo granate y violeta muy oscuro al trasluz.
















Las hojas cafés al trasluz, uniformes.















                        ¡Que aristocracia!













Las flores son de un día, de unas horas. Abren plenamente con el sol y lucen en esplendor tres o cuatro horas con él. Cierran entonces para siempre. Las de mañana serán otras.












  Lo verde del fondo son otras plantas


































Mata trasladada a maceta en el mismo espacio. Igual o más bella.










Sin que tenga que ver con las extrañas flores rojas de nuestro jardín, termino con una hormiga que ayer vagaba en una tarja del fregadero de la cocina. 

El original en vivo apenas mide tres milímetros en su eje mayor.

La cámara es la de mi teléfono celular, de modelo ya viejito.






ADDENDUM Y CORRECCIÓN, jueves 4 de abril de 2021 a las 11 de la mañana.

Apenas la mañana de hoy, pero después de publicada esta entrada, encontré la fotografía inicial y perdida de esta serie de las extrañas flores rojas de nuestro jardín. Data de diciembre de 2016; la flor estaba en la banqueta de mi calle en un  hueco destinado, seguramente, a un árbol de mejoramiento urbano. Es la hermosa roja flor y algunas hojas de su planta matriz, que son azules. De ahí la sacamos y trasplantamos a nuestro jardín y de ahí provienen todas las fotografías de estas dos entradas. En la primera fotografía de ella en la casa aparecen las hojas azules, lo que nunca ha vuelto a ser y creo que  nunca más será.
Ahora quedo tranquilo conmigo mismo.



lunes, 1 de marzo de 2021

LAS 11 CAPITALES MUNDIALES DEL VINO.



“Ten cuidado de confiar en alguien a quien no le guste el vino.” 

                                      Karl Marx.




El vino es el símbolo cultural más trascendente de la especie humana. Ningún otro descubrimiento o invento lúdico lo ha sido tanto en la historia del hombre. Para dejar clara mi opinión afirmo que es un descubrimiento, no un invento, y no se sabe cuándo ocurrió. Hay hallazgos irrefutables del uso de artefactos para su elaboración y almacenamiento desde hace milenios, pero aunque se pueden fechar con precisión aceptable, no indican desde cuanto antes el hombre lo había descubierto y disfrutado… o sufrido.

En entrada previa de este blog, de fecha 17 de agosto de 2020, dije: “la bodega de vasijas de vino más antigua conocida data del año 6,000 a.C., mil años antes del invento de la escritura. Está en Armenia y ella fue el indicio de vida civilizada de la especie Homo sapiens en ese lugar. ¡El vino es prehistórico!” Ahora, preparando esta entrada, encontré una cita que asegura que una hermosa vasija, contenedora de vino en su momento para la fermentación o guarda, encontrada en Georgia, es más antigua que las de Armenia, aunque le asignan ocho mil años de antigüedad, es decir, los mismos que las de Armenia.  No dicen cuantos poquitos años es más antigua y como le hicieron para contarlos. La pieza es muy hermosa, como se ve en la imagen, y el estudio químico de sus residuos asentados es incuestionable de que se usó para vino rojo.

Pero sea cual sea la más antigua, es evidente que los primeros indicios de uso del vino como bebida están en el Cáucaso, esa región excepcional que parece ser uno de los límites naturales entre Asia y Europa.


Mapa geopolítico de la región del Caúcaso.
Armenia y Georgia son vecinas.



A partir de ahí, y a través de caminos variados, lentos y complejos, la cultura del vino se extendió, literalmente, a todo el mundo. El camino más ancho y poblado para esa difusión lo crearon y usaron las legiones romanas infiltradas por los primeros cristianos, que necesitaban el vino como elemento ritual. A las conquistas militares de Roma iban romanos originarios y cristianos y así llevaron la civilización latina, la religión cristiana y el vino a la Iberia (7) (Portugal y España), a las Galias (7) (Francia), a Germania (7) (Alemania), Rumania (7) e Inglaterra (7). Después, como mil doscientos años después, se llevó toda esta cultura a América, Oceanía y muchos lugares más, imponiéndola a sangre y fuego.

Han pasado cientos de años y la cultura del vino se convirtió en industria y ésta en gran negocio. Hay en el mundo decenas de miles de viñedos y plantas vinificadoras. La variedad de vinos es increíble y la cantidad de aficionados al vino lo es más. De todo esto surgió también el enoturismo, el turismo a los viñedos, cavas y vinificadoras a escala mayor. Así se integró, en 1999 la Red Mundial de Grandes Capitales del Vino, que pone en su cuadro de honor a las diez ciudades capitales del vino que más se distinguen por estimular el enoturismo con instalaciones y programas atractivos. Habían sido siempre diez ciudades y algunas perdían el título al cabo de un año y eran sustituidas por otras. Siempre fueron diez hasta 2020, en que ninguna perdió su categoría y se agregó una onceava, Ciudad del Cabo en Sudáfrica. Así estamos ahora y estas son las once Ciudades Capitales del Vino en el mundo y año actuales.


1. Burdeos, Francia, en el suroeste del país, gran puerto fluvial a orillas del río Garona. Ciudad que nunca perderá su título y podría ser nombrada con justicia La Ciudad Capital del Vino en el Mundo. Sus vinos tienen prestigio universal desde hace siglos y los hay muy caros, pero tiene también vinos baratos y malos. Los vinos más caros de Francia son de Burdeos.


2. Ciudad del Cabo, Sudáfrica. Es la capital legislativa del país y la principal atracción turística del mismo. Su cultura, plenamente europea con fuertes toques nativos, fue llevada desde el siglo XVI por los conquistadores holandeses e ingleses, que crearon la gran colonia de Sudáfrica. Parte de esa colonización lo constituyó el vino, el cual, en la actualidad, es parte importante de la economía local. Hacen, consumen y exportan gran cantidad de todas las variedades y calidades. Nunca he bebido vinos de Sudáfrica.

Uvas y canguros

3. Adelaide, Australia meridional. Australia es, también, de cultura inglesa muy antigua, y también con toques nativos, aunque menos notables que en Sudáfrica. La cultura del vino fue introducida, desde luego, por los ingleses conquistadores y actualmente es muy importante en la región y en el país. Tampoco he bebido vinos de Australia.




4. Valparaíso y Valle de 

Casablanca. Es la capital chilena del vino, de historia antigua y gran tradición. La cultura del vino fue llevada por los españoles en su conquista desde el siglo XVI. Sus vinos son apreciados en el mundo y constituyen un capítulo importante de su economía, interior y exterior.

5. San Francisco y Napa Valley, EUA, tienen la industria vinícola más importante de América; California sería el cuarto mayor productor de vino en el mundo si fuese una nación. En 1769, el padre misionero franciscano Junípero Serra plantó el primer viñedo de California en Misión San Diego de Alcalá. La variedad sembrada presumiblemente descendió de anteriores plantaciones mexicanas que se conocían como la Misión de uva. Ahí se producen vinos de primera calidad mundial y de todas las variedades existentes en el mundo.


6. Porto, Portugal. Famoso por su vino generoso (de hasta 20% de alcohol), el Oporto, que se produce en la región dicen que desde hace dos mil años. Hay Oporto rojo y Oporto blanco y los dos son magníficos. La vid se siembra en terrazas muy empinadas siguiendo el curso del Río Duero. 


7. Bilbao – Rioja, España. La Rioja es una comunidad autónoma española, castellana, cuya capital es Logroño, pero como región vinícola se extiende un poco al norte a las comunidades de Navarra y el País Vasco. Está vertebrada por el Río Ebro y sus siete afluentes, que la dividen en siete valles. Es la más afamada región vinícola de España y con razón; sus vinos son de primerísima calidad y se disfrutan en todo el mundo. Por la pequeña parte que de La Rioja le toca al País Vasco, es que Bilbao llegó a ser una de la capitales mundiales del vino.

8. Mendoza, Argentina. La ciudad y la región vinícola de Mendoza están al pie de los Andes, en una latitud central de Argentina, ni al norte ni al sur, en el centro del país. Tiene muchos años de hacer vinos y muy buenos, y con justicia se incluye en la Red Mundial de Grandes Capitales del Vino. Su nombramiento es antiguo, indiscutible y nunca lo perderá. La calidad de sus vinos la respalda sobradamente.

9. Mainz Rheinhessen, Alemania. Vagar por pueblos y ciudades del valle del Rin, detenerse en paraderos camineros y probar variedades “de la casa” del muy famoso vino del Rin, es una experiencia única e inolvidable. Vino blanco moderno, blanc de blancs de uva Riesling, amarillo muy claro con tonos verdosos, ligero y afrutado. Este es otro destino que no podrá faltar nunca en el enlistado de Capitales Mundiales del Vino.

10. Lausana, Suiza. La verdad es que antes de planear esta entrada yo no sabía nada de vinos suizos y no imaginaba que hubiera en ese hermoso país una ciudad incluida en la Red Mundial de Grandes Capitales del Vino. Es más, aunque he estado en Suiza, creo que nunca he probado un vino de ahí. Pero bueno, ahí está Lausana, aceptada en la Red a principios de 2018, conceptuada por la revista Forbes como la región vinícola más hermosa del mundo, que data del Medioevo, pues el vino fue introducido por los romanos invasores en los primeros siglos de nuestra era. Deben ser buenos sus vinos, pero no me consta.


11. Verona, Italia. Perla magnífica de la región toscana, la ciudad de Romeo y Julieta, ciudad de soberbia ópera de verano y de bebedores de los riquísimos vinos de sus valles, de los que quiero destacar el Bardolino y el Valpolicella (este nombre significa “valle de muchas bodegas”). Inolvidables.



F  I  N