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Hipócrates, Padre de la Medicina (460 a.C. - 370 a.C.) |
La medicina es una profesión u oficio con conocimientos y técnicas aplicados a curar enfermedades humanas. Muchos de sus conocimientos y habilidades los obtiene por el métodos científico, pero no todos. Entendemos por métodos científico al que utiliza la observación de los hechos y su reproducción experimental para obtener el conocimiento. Los que ejercen la medicina se llaman médicos y los ha habido quienes fueron capaces de atender a cualquier enfermo.
La salud humana es un fenómeno muy complejo que requiere la normalidad de varios aparatos o sistemas en sus aspectos anatómicos macroscópicos y microscópicos, y de una normalidad funcional en cada uno de ellos. Es obvio que requiere de una normalidad bioquímica absoluta y general. El avance en los conocimientos totales que se involucran en el proceso de salud de los humanos está haciendo imposible que un médico los conozca todos y conozca las consecuencias de sus alteraciones; es decir, que conozca a fondo todas las enfermedades y las pueda tratar. Creo que el médico general tradicional es imposible en la actualidad.
Esto ha dado paso al surgimiento de las especialidades médicas, que en singular podríamos definir como "la rama de la medicina cuyo objeto es una parte limitada de ella, sobre la cual poseen saberes y habilidades muy precisos quienes la cultivan, que se conocen como especialistas". Así, son especialidades médicas la gastroenterología, la neumología, la nefrología, la urología, la neurología, la pediatría y muchas más "ías" y quienes las practican son el gastroenterólogo, el neurólogo, el pediatra, etc. Por el momento no diremos de las ramas quirúrgicas de las especialidades ni de las subespecialidades.
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John Hughlins Jackson, de los fundadores de la Neurología moderna (1835 - 1911) |
Diremos primero de la neurología, que es el tema central de esta entrada. Es la especialidad médica que trata de conocer las características anatómicas y funcionales del sistema nervioso, sus enfermedades y su tratamiento. Trata pues, con la función de relación, que es la más compleja del organismo humano, tanto en sus características clínicas como en sus mecanismos de generación y las estructuras anatómicas donde estos se dan.
La función de relación consiste en la respuesta adecuada a estímulos variados, que son múltiples, desde muy sencillos hasta muy complejos y las respuestas lo mismo, correspondientes en complejidad a los estímulos que las generan. Las hay que son conscientes, pero muchas no.
La mayor evidencia de la relación es el movimiento consciente de la cabeza y/o los miembros, ya sea por voluntad o como respuesta a estímulos que desencadenan reflejos. También hay acción consciente de los minimúsculos que producen erección del vello de los miembros como respuesta al frío y hay movimientos de los músculos del aparato digestivo para dar curso a la digestión y a la micción. Hay secreción de hormonas en las glándulas endócrinas y de sudor y sebo en las correspondientes exócrinas. Todo ésto es involuntario y casi siempre inconsciente, pero es parte constitutiva de la vida relación.
También son parte esencial y quizá más notable de la relación como función del sistema nervioso, las funciones cognitivas: consciencia, inteligencia, memoria, gnosias, praxias; la mente, el pensamiento, como totalidades englobadoras. Y ¿qué decir del ánimo?, esa sal y pimienta de la cognición. Y todo esto esto es función del sistema nervioso.
Ahora bien, si todos estos elementos son aspectos distintos de la relación como función orgánica totalizada por el sistema nervioso, todas las alteraciones del sistema nervioso deberían ser competencia del neurólogo, el que ejerce la especialidad de la neurología. Si algún padecimiento diagnosticado por el neurólogo es un tumor, por ejemplo, debe acudir al neurocirujano, el especialista quirúrgico entrenado especialmente para eso.
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Jean-Martin Charcot, fundador de la psiquiatría (1825 - 1893) |
Pero resulta que enfermedades que claramente dependen de lesiones en el sistema nervioso y que por lo tanto caerían en ámbitos de la neurología y los neurólogos, han sido separados de ella y de ellos en una ya no muy nueva especialidad, la psiquiatría, que sienta sus reales en el estudio y manejo de las enfermedades mentales, popularmente conocidas popularmente como locuras: la esquizofrenia, fundamentalmente. También es terreno, indiscutible ya, de la psiquiatría el trastorno bipolar, que consiste en cambios extremos en el estado de ánimo, que comprenden altos emocionales (manía) y bajos emocionales (depresión). Esto puede alcanzar grados tan extremos que invalide el trabajo y la vida familiar y social de quien lo padece. Otros trastornos menos bien definidos caen en el campo que los psiquiatras reclaman como suyo, aunque como "enfermedades del sistema nervioso", serían patrimonio de la neurología, como originalmente lo fueron. Esto es la normalidad ahora.
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Sigmund Freud Neurólogo, padre del psicoanálisis (1856 - 1939) |
Ha ocurrido también ya desde hace tiempo, una mayor especialización, una verdadera subespecialización, en los trastornos de la función de relación del sistema nervioso, particularmente de aquellos que afectan el estado de ánimo: la depresión, la ansiedad y la histeria. La ejercen los psicólogos y se llama psicología. Utilizan para su manejo, técnicas de modificación conductual, cuyo mejor ejemplo es el psicoanálisis.Los psicólogos no llegan a esta subespecialización a través de la psiquiatría y desde la neurología. Se obtiene el título de psicólogo a través de una licenciatura universitaria; es decir, no se necesita saber medicina, neurología o psiquiatría para obtener la cédula profesional de psicólogo, aunque su actividad consista en manejar condiciones que claramente son trastornos del sistema nervioso.