Acerca de mí

Mi foto
Soy Rogelio Macías-Sánchez, de tantos años ya, que se me permite no decir cuántos. Soy mexicano y vivo en México país, médico cirujano de profesión, neurocirujano y neurólogo de especialidad. Ahora y por edad, soy neurólogo y neurocirujano en retiro. Soy maestro de mi especialidad en la Facultad de Medicina de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo y un entusiasta de la difusión de la ciencia a la comunidad. Pero eso no es toda mi vida. Soy un amante fervoroso de la música clásica, actividad que fomento desde mi infancia. La vivo intensamente y procuro compartirla. Soy diletante en vivo y mucho disfruto, de la música grabada, mejor cuando es en compañía de almas gemelas para esto. Finalmente, amo la vida y la disfruto. Parte de ello es comer bien y beber mejor, es decir, moderado pero excelente. De aquí mi afición a los vinos y las cavas. Los conozco, los disfruto y me entusiasma compartir lo que conozco y lo que me gusta. Esta página pretende abrir una comunicación sobre los vinos, la música clásica y la neurología para profanos. Si es socorrida, el mérito será de ustedes. Diciembre de 2022

Seguidores

Archivo del Blog

lunes, 20 de septiembre de 2021

DE LAS MUJERES DE LOS MÚSICOS 6. SERGUÉI PROKÓFIEV

Serguéi Prokófiev (1891 - 1953)

 


Serguéi Prokófiev es uno de los músicos más notables que han existido y un referente obligado de la música moderna. De buena posición económica, fue niño prodigio como pianista y compositor. Joven le tocó la revolución comunista (1917) que conformaría la Unión Soviética y al año siguiente salió de ella para vivir en el Occidente.



Siempre excéntrico, además de muy exitoso como compositor y pianista, se jugó el riesgo de ir y venir entre Occidente y la Unión Soviética, atenido a que su prestigio internacional lo defendería de cualquier represión. Y le resultó, pero hasta 1936, cuando después de una ostentosa visita a la Unión Soviética, se le cerraron las puertas de salida para siempre. Se quedó a vivir como artista soviético, aunque con privilegios. Pero este intercambio de ideas musicales entre Oriente y Occidente sentó las bases de su estilo musical tan propio, moderno, excéntrico e inconfundible. En la Unión Soviética siguió corriendo los riesgos de caminar, en el arte, sobre la cuerda floja entre los territorios de la tonalidad y el atonalismo, este último prohibido por la policía cultural stalinista. También le funcionó, pero hasta 1948, cuando le llamaron la atención y prometió portarse bien, haciendo música con mayor lirismo realista. Falleció en Moscú el 5 de marzo de 1953, el mismo día y en la misma ciudad que José Stalin.

Lina Llubera (1897 - 1989)


En 1918, después de un concierto en Nueva York, Prokofiev conoció a Lina Llubera (1897-1989), española, hija de español y rusa, cantantes de ópera residentes en Nueva York. Nunca estuvo segura de que quería ser en la vida: si cantante, bailarina, secretaria, modista o traductora. Finalmente se dedicó a colaborar con proyectos para mujeres revolucionarias, no bolcheviques, en la zona de Nueva York. La inseguridad en si misma y el pánico escénico la limitaron toda su vida. Desde que conoció a Prokofiev estableció una relación sentimental con él. Iban y venían por Estados Unidos, Europa y la Unión Soviética hasta que se casaron en 1923 en Alemania, porque Lina estaba embarazada. Tuvieron dos hijos.



En 1936 acompañó a su marido al viaje a la Unión Soviética y ya no salió. Trabajó fundamentalmente como traductora. En el verano de 1938 tomaron sus vacaciones por separado (según una costumbre soviética) y se terminó la relación sentimental, pues Serguéi conoció a Mira Mendelssohn, estudiante de literatura y admiradora de su música, y se enamoraron. Lina y Serguei siguieron compartiendo techo y gastos hasta 1948, cuando el Politburó condenó la música «formalista», en la que se incluía a Prokófiev. Diez días después de que le llamaran la atención a él, Lina fue acusada de espionaje y condenada a trabajos forzados veinte años en un campo de régimen severo. Tras la muerte de Stalin, en junio de 1956 fue liberada. En 1957 se le reconoció oficialmente su inocencia, se le entregó un certificado de su matrimonio con Prokófiev y una pensión como viuda soviética. En 1974 abandonó el país y se instaló en Londres, donde creó una fundación para preservar el legado de su marido.

Mira Mendelssohn (1915 - 1968)
y Serguéi Prokófiev


María-Cecilia Abramovna Mendelssohn es simplemente Mira, la segunda esposa de Prokófiev y su amor más profundo. Estudiante de literatura y posteriormente escritora, colaboró con él y lo cuidó muy de cerca siempre, en la salud, en la enfermedad y hasta la muerte. Escribió los libretos para las óperas Matrimonio en el convento, Guerra y paz y La historia de un hombre real y fue la destinataria de la famosa Sonata No. 8 para piano. A pesar de mantener una relación íntima desde 1939, se casaron hasta 1948, sin que para ello haya sido obstáculo el que Prokofiev nunca se hubiera divorciado de Lina Llubera. Una ley soviética de 1944, sólo reconocía válidos los matrimonios que se hubieran registrado ante una oficina burocrática ad hoc. Su vida juntos se considera idílica, pero hay dos hechos que enturbian esta idea. Primero, que apenas cinco semanas después del matrimonio con Mira, Lina fue arrestada y falsamente acusada de espionaje. Segundo, que Prokofiev, siendo un personaje influyente, nunca abogó por la libertad de su primera esposa. Se especula que Mira era agente de la policía secreta de Stalin, asignada para infiltrar el pensamiento independiente de Prokofiev y mantenerlo alineado. A su muerte, Mira Prokofievna fue enterrada a un lado de su marido.

Tumba de Serguéi y Mira