Los viejos solemos contar historias porque ya nos pasó el tiempo de ser protagonistas. Las entradas de este blog son testimonios de esto y la del lunes pasado es un ejemplo claro de ello; la de hoy está hecha de recuerdos rescatados por una memoria que, afortunadamente, nos permanece fiel. Son los de nuestra relación con el Cuarteto Latinoamericano, con cuyos integrantes mantuvimos una relación profesional hace ya más de veinticinco años y desde entonces y hasta ahora, una relación de amistad sincera.
Todo empezó porque yo, siendo médico neurocirujano en activo pero aficionado con pasión de la música clásica, terminé presidiendo festivales internacionales de música clásica en Morelia, que la verdad sea dicha, alcanzaron niveles muy altos de calidad artística. Por ello, conocimos artistas músicos de los niveles más altos de calidad mundial, entre ellos, a los integrantes del Cuarteto Latinoamericano. A estos, además los encontrábamos en los Festivales de Música de Cámara de San Miguel Allende, que entonces eran de una calidad artística excelsa. Éramos magníficos amigos de los tres Bitrán y Javier Montiel. Éramos y somos, y cuando lo digo en plural, me refiero a mi esposa, mis dos hijos y yo.
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El Cuarteto Latinoamericano está asociado a un evento que ha sido único en la historia de los festivales de música en todo el mundo. Estoy seguro de ello y no dudo en presumirlo. Se llamó El Festivalito, y duró varios años. Nació así:
Yo presidí los Festivales Internacionales de Música de Morelia quinto y sexto, que la verdad resultaron muy lucidos con la dirección musical del maestro Luis Herrera de la Fuente; duraban dos semanas, que eran verdaderamente de lujuria musical. Cuando terminaban y pasaban las semanas y los meses, nos quedaba una sensación horrible de carencia. Se nos ocurrió entonces crear El Festivalito, que presentaría, durante casi todo el año, conciertos de cámara quincenales de la mayor calidad musical, con sede en el Auditorio del Conservatorio de las Rosas. No recuerdo como lo hicimos desde el punto de vista económico, pero nunca quedamos a deber nada a nadie.
Después de varios años de Festivalito se terminó el proyecto, que nos dejó satisfacciones y hermosos recuerdos. De los artistas consentidos para el Festivalito, fueron siempre el Cuarteto Latinoamericano, cuarteto clásico de cuerdas (dos violines, viola y violonchelo). La última vez que nos encontramos fue en Morelia, hace veintiséis años. Después ya no hubo Festivalito.
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Y he aquí que nos hemos reencontrado el sábado pasado, 10 de Mayo del 2025, en Xalapa, en la hermosa salita de conciertos anexa a la Gran Sala de Conciertos Tlaqná, a la que cariñosamente llaman algunos La petite Tlaqná. A las siete de la noche se dio un lindo concierto de cámara con un octeto de cuerdas que se conjuntó con el Cuarteto de Bellas Artes, de la Universidad Veracruzana, y el Cuarteto Latinoamericano, del que ya les platiqué arriba, que se dejó venir desde la Ciudad de México para ofrecernos un concierto para octeto de cuerdas, con obras de Mignone, Shostakovich y el incomparable Octeto de Cuerdas de Mendelssohn. ¡Estupendo!
Pero lo mejor fue después, cuando subí con mi hijo al área de vestidores para reencontrarme con esos cuatro viejos amigos, que ya todos lucen canas y caras de seriedad. Las emociones vertidas en el encuentro, que no fue muy largo, fueron muchas, muy variadas e indescriptibles.
No tengo más que decir, porque no tengo palabras para hacerlo; estoy muy emocionado.
MIS AMIGOS, EL CUARTETO LATINOAMERICANO, Y YO Xalapa, Veracruz, 10 de Mayo de 2025 |