Acerca de mí

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Soy Rogelio Macías-Sánchez, de tantos años ya, que se me permite no decir cuántos. Soy mexicano y vivo en México país, médico cirujano de profesión, neurocirujano y neurólogo de especialidad. Ahora y por edad, soy neurólogo y neurocirujano en retiro. Soy maestro de mi especialidad en la Facultad de Medicina de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo y un entusiasta de la difusión de la ciencia a la comunidad. Pero eso no es toda mi vida. Soy un amante fervoroso de la música clásica, actividad que fomento desde mi infancia. La vivo intensamente y procuro compartirla. Soy diletante en vivo y mucho disfruto, de la música grabada, mejor cuando es en compañía de almas gemelas para esto. Finalmente, amo la vida y la disfruto. Parte de ello es comer bien y beber mejor, es decir, moderado pero excelente. De aquí mi afición a los vinos y las cavas. Los conozco, los disfruto y me entusiasma compartir lo que conozco y lo que me gusta. Esta página pretende abrir una comunicación sobre los vinos, la música clásica y la neurología para profanos. Si es socorrida, el mérito será de ustedes. Diciembre de 2022

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jueves, 25 de marzo de 2021

INTERMEZZO 14. LAS CAMELINAS DE MI COLONIA






La CAMELINA es un arbusto florido abundante en  mi ciudad de adopción. Es del género Bougainvillea, nativo de Sudamérica y ampliamente cultivado en regiones tropicales y subtropicales. En casi todo México, se conoce como buganvilia y en España como buganvilla, pero en Michoacán es nuestra amada CAMELINA; sólo así la llamaremos y creo que no diré nada más en esta entrega.










































Es todo un árbol, no en mi colonia, en el centro de la ciudad.




















También luce cuando seca la flor.





















































Adoptan vecinitas







































 

Camelinas de Morelia,
reinas en muchos hogares.



lunes, 22 de marzo de 2021

ESPECIAL 2. REFLEXIONES A UN AÑO DE CONFINAMIENTO POR EL CoViD-19.


Atardecer de fuego en Morelia



Prolegómeno:

Este espacio de comunicación abierta a través de la Web, mi blog, se abrió el 21 de junio del año pasado, cuando yo cumplí 83 años, se me cumplían tres meses de confinamiento muy estricto por el CoViD-19, que tenía ya seis meses en el mundo, algo menos en México, y se mostraba muy peligroso por su tasa alta de mortalidad en mi ciudad. Yo, además de estar bastante avanzado en la tercera y última edad, soy médico en activo con mi centro de trabajo en un hospital que optó por convertirse en un hospital CoViD, lo que aumentó notablemente mi riesgo, el de mi esposa y el de mis pacientes. Todo esto nos determinó, sin mucha más reflexión, a confinarnos, bajo el principio de que “es mejor estar confinado que finado”. Ahora, el 20 de marzo, se ha cumplido un año de nuestro encierro y eso merece reflexiones que comparto, aunque se salgan de los temas insignias del blog: “Vinos, Música y Neurología para profanos”.

Reflexión primera:

No queríamos enfermar y menos morir por CoViD-19 y tampoco participar en la difusión de la enfermedad; lo hemos logrado hasta ahora, tranquilamente.

Reflexión segunda:

No hemos tenido apuros económicos en este ejercicio de supervivencia, pero tampoco estamos sobrados. Podemos seguir sin apuros.

Reflexión tercera:

El trabajo médico no abunda, pero no está en ceros; hay consultas por teléfono o vídeo llamadas, de primera vez y subsecuentes. Si se requieren estudios paraclínicos se solicitan vía Internet y se reciben los estudios completos, no sólo las interpretaciones, por la misma vía. No hemos tenido inconformidades y los honorarios profesionales se cubren por transferencia bancaria electrónica, la que puede hacerse desde cualquier tiendita OXXO.

Reflexión cuarta:

Mantener la condición física, actividad no sólo conveniente sino obligada a nuestra edad. Lo hacemos con gusto y beneficio; todas las mañanas hay ejercicio en pareja y a diario salgo a caminar hasta cuatro kilómetros al redor de la casa, con bajadas y subidas severas; casi una hora. Me siento bien y no me han fallado la condición osteoarticular, muscular, cardíaca o respiratoria.


Atardecer con luna en creciente en Morelia

Reflexión quinta:

Yo no estoy bien sin actividad académica y he seguido con ella, mi cátedra de neurología en la Facultad de Medicina de mi universidad, en línea a través de los portales de teleconferencia, con más entusiasmo, por la novedad, que las presenciales; los resultados de aprovechamiento también han sido satisfactorios y quizá mejores que en el aula. Se ha completado con conferencias mensuales, también en línea, de temas médicos pero dirigidas a todo público, que han sido exitosas y muy satisfactorias para mí.

Esto ha sido una hermosa novedad en mi vida que no pienso dejar, aunque se acabe la reclusión por CoViD-19.

Reflexión sexta:

Uno de los problemas mayores del confinamiento como el que ahora llevamos es la limitación para compartir ideas y opiniones con alguien más de quien nos acompaña en el encierro. Esto, emocionalmente me perjudicaba, mentalmente enclaustrado me sentía, revolviéndose en mi cabeza recuerdos u opiniones. Por consejo de mis hijos a distancia y de mi esposa en presencia, retomé la vieja idea nunca desarrollada de una página web, ahora llamada blog.

Es un espacio abierto, no comercial, de comunicación que puede ser amplia y trascendente. En él se puede tratar de todo, pero se recomienda que sea temático; también que sea regular. Así surgió este blog, que en el nombre lleva los temas preferentes: Vinos, música y neurología para profanos, y escogí que las entradas fueran semanales. Lo he cumplido y se ha estabilizado, en buena parte, mi emotividad. Cuando salgamos del encierro, la página continuará. Gracias blog y gracias a quienes me indujeron a retomarlo.

Reflexión última:

Me cuesta trabajo expresarla, pues puede ser tan breve como tres palabras o tan larga como tres páginas y siento que mi magín, en ninguno de los dos casos, es suficiente para expresar la extensión y profundidad del sentimiento activo que este obligado encierro ha generado.

Participando activamente mi esposa y yo, hemos agregado elementos a nuestra relación humana: intelectuales, emotivos y generosos, que nos estimulan en la cognición y el cariño. Hay juegos de mesa, desde el solitario hasta el ajedrez, escuchar música clásica grabada en sesiones organizadas de ciclos temáticos, inolvidables ciclos de ópera, lectura en voz alta de clásicos desconocidos hasta ahora, hablar entre nosotros de lo nuestro y cosas más, como contemplar juntos la hermosa floralia que rodea nuestra casa, bellos atardeceres desde el balcón alto o la estrella de Belén en diciembre del año pasado.

Si sólo a esto hubiese contribuido el obligado encierro por CoViD-19, gracias encierro; por ahora seguimos en ti.

Estrella de Belén en diciembre de 2020

Postludio:

Anteayer, 20 de marzo de 2021, me tocó asistir desde mi casa y por el encierro, al quinto cambio de estación consecutivo. Han sido:

1.  20 de marzo de 2020: Inicio de la Primavera.

2.  20 de junio de 2020; Inicio del Verano.

3.  22 de septiembre de 2020: Inicio del Otoño.

4.  21 de diciembre de 2020: Inicio del Invierno.

5.  20 de marzo de 2021: Inicio de la Primavera.