Cuando es uno chiquillo para el mundo de los vinos y tímidamente se empieza a incursionar en él, rápidamente nos llegan oleadas de consejos, particularmente de "que vino va con cada variedad de alimento".
Lo primero que le dicen a uno es la frase consagrada por el tiempo, mucho tiempo:
EL VINO ROJO VA CON LA CARNE ROJA DE MAMÍFEROS Y EL VINO BLANCO CON PESCADOS Y MARISCOS.
Y no ose uno contradecir ese dogma, porque queda estigmatizado para siempre y excluido por los que se dicen "conocedores".
Esto es contrario a los principios de la estética, que proclama la libertad de elección ante fenómenos sensibles, como lo es el disfrutar de los vinos. Pero bueno, está consagrada por los siglos y es que es "buena", aunque tiene sus asegunes.
Y todo esto se complica cuando nos damos cuenta de que tanto en los vinos como en los alimentos hay variedades, tanto mayores cuanto los años pasan.
Porque no es lo mismo carne roja de res, que de cordero o de conejo; y que las carnes de cangrejo y de pescado son diferentes siendo de carne blanca las dos.
Y con los vinos es lo mismo. No es igual un blanco de California que un blanco espumoso francés de la región de Champagne.
Entonces, tratar de crear reglas escritas para escoger el mejor vino de acuerdo a la carne que acompañe, es imposible. Yo nunca lo haré en esta columna.
Pero me encontré, curioseando por la Internet, el siguiente cuadro, que les comparto. No es absoluto pero es bueno. Úsenlo y "a ver que opinan". No se los explico porque es facilísimo de entender.