Acerca de mí

Mi foto
Soy Rogelio Macías-Sánchez, de tantos años ya, que se me permite no decir cuántos. Soy mexicano y vivo en México país, médico cirujano de profesión, neurocirujano y neurólogo de especialidad. Ahora y por edad, soy neurólogo y neurocirujano en retiro. Soy maestro de mi especialidad en la Facultad de Medicina de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo y un entusiasta de la difusión de la ciencia a la comunidad. Pero eso no es toda mi vida. Soy un amante fervoroso de la música clásica, actividad que fomento desde mi infancia. La vivo intensamente y procuro compartirla. Soy diletante en vivo y mucho disfruto, de la música grabada, mejor cuando es en compañía de almas gemelas para esto. Finalmente, amo la vida y la disfruto. Parte de ello es comer bien y beber mejor, es decir, moderado pero excelente. De aquí mi afición a los vinos y las cavas. Los conozco, los disfruto y me entusiasma compartir lo que conozco y lo que me gusta. Esta página pretende abrir una comunicación sobre los vinos, la música clásica y la neurología para profanos. Si es socorrida, el mérito será de ustedes. Diciembre de 2022

Seguidores

Archivo del Blog

lunes, 28 de marzo de 2022

¡QUÉ BIEN ME MUEVO!


¡Qué bien me muevo!

Esto podemos afirmarlo, con verdad, la gran mayoría de los humanos vivos ahora en este planeta y hay muchos que pueden presumir una capacidad extraordinaria por lo fino y rápido: cirujanos que trabajan con estructuras muy pequeñas, músicos instrumentistas, bailarines, deportistas y muchos más. La mayoría de los humanos dan este hecho por natural y fácil de explicar: el cerebro, en sus áreas especializadas en el movimiento, recibe la orden de ejecutarlo desde las áreas de conciencia y voluntad y por una vía nerviosa simple envía la señal eléctrica a los músculos correspondientes; y colorín colorado, el movimiento correcto se ha ejecutado.

Esta explicación es cierta, pero sólo parcialmente; y una verdad incompleta es mentira.


Una célula piramidal en la corteza cerebral frontal
Área motora

Es cierto que la señal final de un movimiento complejo parte de un conjunto de somas (cuerpos) de neuronas qué microscópicamente parecen pirámides, se llaman piramidales y generan, a través de sus axones (verdaderos cables eléctricos conductores), un gran cable (haz córticoespinal) de millones de unidades que compactas siguen juntas y consiguen un destino: las astas anteriores de la médula espinal del lado contrario de donde salieron del cerebro. Ahí hacen sinapsis (contacto) con somas de las astas anteriores de la médula que a su vez generan nuevos paquetes (cables) de axones, que son los nervios periféricos que van a terminar a los músculos voluntarios de todo el cuerpo. Finalmente nos movemos. Repito: Las señales de movimiento que parten de la parte anterior de un hemisferio cerebral van a generar movimiento en el lado contrario del cuerpo.

Imagen que muestra que la gran mayoría de las fibras del haz
córticoespinal que se originan en un hemisferio cerebral,
se cruzan en su trayecto y terminan en las astas anteriores 
del lado contrario.

Pero esto es apenas la parte menor de todo proceso, porque esa circunvolución motora de la corteza cerebral que generó ese movimiento de una parte del hemicuerpo contralateral, para hacerlo requirió de tener una información compleja y completa de nuestra posición en el espacio, de la posición relativa de nuestros diferentes segmentos corporales en relación con nuestro eje corporal, de las distancias precisas de los objetos finales de nuestro movimiento, así como sus condiciones de consistencia, dureza o blandura, y si la acción sobre el objeto final del movimientos se ejercerá directamente por nuestro cuerpo o a través de un instrumento intermedio.

Esto requiere la participación de los sentidos del oído, la audición, la orientación espacial, la propiocepción (posición relativa de nuestros miembros en relación con nuestro eje corporal) y en ocasiones el olfato y el gusto.


Esa información, recibida y analizada en las regiones sensitivas (posteriores) del cerebro, es cierto que pasa a las regiones anteriores, motoras o premotoras, donde son analizadas y enviadas a estructuras muy celulares (de neuronas) muy grandes como son el cerebelo y los núcleos profundos del cerebro que constituyen el sistema extrapiramidal, donde nuevamente son analizadas y regresadas a la corteza motora, con sugerencias de modificación del movimiento y el tono muscular, para que el resultado final motor sea perfecto. Como el movimiento es un continuo en el tiempo, esto está ejecutándose también en forma continua, cambiando de milisegundo en milisegundo en diferentes grupos musculares de todo nuestro cuerpo.



El resultado final es el siguiente: El movimiento y tono muscular perfectos para realizar movimientos simples o muy complejos. Es la obra de ingeniería cinética por excelencia del universo entero.


Nos movemos por el sistema piramidal (haz corticoespinal), pero nos movemos bien por la participación del cerebelo y el sistema extrapiramidal. Si falla el sistema piramidal, nos paralizamos; si falla el cerebelo y/o el sistema extrapiramidal, nos movemos, pero mal. En cualquier caso, estamos invalidados.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario