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Soy Rogelio Macías-Sánchez, de tantos años ya, que se me permite no decir cuántos. Soy mexicano y vivo en México país, médico cirujano de profesión, neurocirujano y neurólogo de especialidad. Ahora y por edad, soy neurólogo y neurocirujano en retiro. Soy maestro de mi especialidad en la Facultad de Medicina de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo y un entusiasta de la difusión de la ciencia a la comunidad. Pero eso no es toda mi vida. Soy un amante fervoroso de la música clásica, actividad que fomento desde mi infancia. La vivo intensamente y procuro compartirla. Soy diletante en vivo y mucho disfruto, de la música grabada, mejor cuando es en compañía de almas gemelas para esto. Finalmente, amo la vida y la disfruto. Parte de ello es comer bien y beber mejor, es decir, moderado pero excelente. De aquí mi afición a los vinos y las cavas. Los conozco, los disfruto y me entusiasma compartir lo que conozco y lo que me gusta. Esta página pretende abrir una comunicación sobre los vinos, la música clásica y la neurología para profanos. Si es socorrida, el mérito será de ustedes. Diciembre de 2022

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lunes, 27 de junio de 2022

TAUROMAQUIA Y BOXEO.

Yo mero, ahora...


Antes de entrar en materia presentaré mis credenciales que creo me autorizan para tratar el tema del título:
Tengo ochenta y cinco años apenas cumplidos hace seis días. Soy capitalino, pues aunque nací en la ciudad de Puebla, radiqué en el Distrito Federal, hoy Ciudad de México, desde los tres años. Soy de una clase media trabajadora que nunca tuvo lujos y se esforzó lo necesario para que yo completara la carrera de Médico Cirujano. Continué con mi adiestramiento de postgrado y completé las especialidades de neurología y neurocirugía en las que me desempeñé toda mi vida, la neurocirugía hasta los setenta y cinco años y la neurología aún la ejerzo con dignidad. Sé de lo que pasa en el cerebro, en la salud y en la enfermedad.


Huérfano de padre desde la primera infancia, mi educación corrió a cargo de mi madre y participaron tíos hermanos de ella, algunos primos mayores y amigos de la familia. De ellos aprendí mucho y ellos son corresponsables de mi cultura general, que considero muy variada y profunda en muchos temas, como mi afición a la lectura y a la música y mi conocimiento detallado y documentado del béisbol y la tauromaquia, entre muchas otras cosas.

Esta entrega se dio ante la necesidad de discutir, por una parte, la pertinencia de la orden judicial de suspender las corridas de toros en la Plaza México, la más grande del mundo y quizá la más conocedora. Por otra, comentar la impertinencia de promover y fomentar las peleas de box en este país y en todo el mundo.

La tauromaquia, considerada como técnica o arte, data de la Edad de Bronce, y debe su aparición a la existencia del toro bravo, el urus, al que el hombre de entonces salía a cazar para alimento. Ya de mayor  actualidad, hay quien atestigua que las corridas de toros surgieron en Grecia y pasaron después a Roma. Es fácil encontrar parecidos entre una plaza de toros actual y el Coliseo romano, un espacio de planta circular destinado a ver la lucha del hombre contra la bestia.

Se asienta en historias que "el emperador Julio César se aficionó al ejercicio de alancear toros (a caballo) y realizó algunas innovaciones para mejorar su práctica, entre ellas la introducción de la pica." Gladiadores especializados en la lucha contra toros estaban equipados con espada y escudo y parece ser que alguno le agregó una tela roja para distraer al animal. Ésta evolucionó hasta convertirse en el capote o la muleta que conocemos ahora.

Está documentado que la tauromaquia en España data del siglo XII y se tomaba con aire festivo y lúdico. La primera corrida de toros documentada se dio en el año de 1128 en una boda real.

A lo largo de los siglos, la tauromaquia se fue desarrollando y es en el siglo XVIII en Sevilla que se establecen las bases del toreo moderno y se perfeccionan la técnica y la estética. El resultado final fue que en esa hipotética lucha entre el hombre y el toro, éste quedó en gran desventaja y siempre muere al final, lo cual se festeja; pero casos se han dado y se siguen dando en que los lidiadores, de a pie y de a caballo, caen heridos e incluso muertos.

La tauromaquia llegó a México con la conquista española en la primera mitad del siglo XVI y evolucionó, hasta hoy, en forma paralela a su desarrollo en España.


El boxeo, que académicamente está definido como deporte que consiste en la lucha a puñetazos de dos contendientes de conformidad con ciertas reglas y utilizando guantes especiales, seguramente tiene su origen también desde los primeros tiempos de la especie humana, cuando el hombre joven tenía que luchar físicamente con sus semejantes por la pareja sexual, como ocurre en muchas especies animales. El resultado de la lucha podía ser la muerte o la segregación social del derrotado.

Dos jóvenes practicando boxeo
 con guantes en la Grecia antigua







Las primeras evidencias gráficas que hay de este "deporte" datan de unos 8000 años en la zona africana de la actual Etiopía, de donde se difundió a la antigua civilización egipcia y a las mesopotámicas, de ahí paso a Creta y Bagdad, a Grecia y a Roma y finalmente a todo el mundo conocido de entonces. La reglamentación actual data de 1867 y ahora el boxeo es una disciplina universal muy exitosa económicamente. Ojo a esto.








La orden judicial de suspender las corridas de toros en la Plaza México no es la primera que se da en el país y en otras partes del mundo. En Cataluña, España, son ya varios años en los que no se dan corridas de toros; en México están prohibidas en los estados de Sonora, Sinaloa, Coahuila,  Guerrero y Quintana Roo. La razón que siempre se arguye es que la tauromaquia es un espectáculo que pondera la crueldad a la que se somete al toro de lidia desde que sale del cajón hasta su muerte en el ruedo, y que la constitución  mexicana asume, en algún apartado, una convicción anticrueldad. Parece ser que no se tomó en cuenta ninguna otra consideración, como podría ser la fuente de trabajo que ha sido siempre y en todas partes, la tauromaquia.

El boxeo es cada vez más exitoso como deporte, como espectáculo y, principalmente, como super millonaria e interminable fuente de dinero que pocos recogen en proporción de los muchos que la generan. Y el boxeo sigue creciendo en popularidad a pesar de que en él, el objetivo principal del combate es matar al contrario. La manera más contundente de ganar una pelea es por la vía del nocautes decir, golpear la cabeza y a través del cráneo lastimar el cerebro hasta que el contrario pierda el conocimiento; esto suele ser temporal, pero no son raros los muertos cada año en todo el mundo por la contusión cerebral del tronco encefálico que ocurre. Son muchísimo más humanos muertos por lesiones cerebrales ocurridas en una pelea de boxeo que los humanos muertos por cornadas de toro. En lo que va de este año han muerto dos boxeadoras mexicanas. Además, la mayoría de los boxeadores retirados que fueron muy golpeados en su carrera, llegan a edades alrededor de los cincuenta años con grados variables de demencia y dificultades motoras del tipo de la enfermedad de Párkinson. ¿No es esto suficiente para prohibir el "deporte (????)" del boxeo?

Me gustaría conocer su opinión en la sección de comentarios al final de esta entrega. Puede ser anónima.

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