El cerebelo (nombre que significa cerebro pequeño), es una estructura del sistema nervioso central que junto con el cerebro y el tronco encefálico constituyen el encéfalo, término que significa "dentro de la cabeza". El cerebelo es una estructura y no un órgano, ya que los sistemas no tienen órganos, tienen partes. Es una estructura muy simpática y no bien entendida en el curso de la historia de la ciencia. Se le llamó "árbol de la vida", lo que fue una barrabasada, porque no es árbol ni de él depende la vida. Es hermoso a la vista y entender sus funciones es espléndido y no difícil.
La función única del sistema nervioso es la RELACIÓN, que consiste en un sistema de señales que informa de las condiciones exteriores y ajenas a nuestro cuerpo y de las condiciones internas y propias del mismo. Las primeras, los sentidos, son nueve por lo menos: olfato, vista, gusto, oído, tacto, vibración, dolor, sentido de posición y orientación espacial. La información de las condiciones internas de nuestro cuerpo raramente son conscientes en condiciones de normalidad.
Hay respuesta adecuada a esta información; de movimiento voluntario y consciente para la información de la que estamos conscientes, la de los sentidos; involuntaria y la mayoría de las veces inconsciente la de nuestros órganos vegetativos (glándulas y músculos viscerales) para aquella información que procede de órganos y sistemas vegetativos.
El cerebelo actúa adecuando la respuesta motora voluntaria a estímulos conscientes que en general proceden de los sentidos. El que nos movamos en forma voluntaria no depende del cerebelo, depende del sistema piramidal, que partiendo de la corteza cerebral genera señales de movimiento que transcurren por el cerebro, el tronco encefálico, la médula espinal y los nervios periféricos hasta llegar a los músculos, que son los que se contraen y así nos movemos voluntariamente. El cerebelo actúa sobre el sistema piramidal, perfeccionando el movimiento.
Las lesiones del sistema piramidal causan parálisis, pérdida del movimiento. Las lesiones del cerebelo no causan parálisis, provocan que los movimientos voluntarios resulten mal hechos y en ocasiones, inútiles.
En esta función de adecuación del movimiento voluntario, el cerebelo trabaja en conjunto con el sistema extra piramidal; de éste diremos en próxima ocasión.
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