El pasado viernes 21 de marzo estuvimos una vez más en la hermosa Sala Tlaqná, sede de la Orquesta Sinfónica de Xalapa. El programa musical abrió con la Obertura Leonora No. 3 de Ludwig van Beethoven. Esta es una pieza que con frecuencia se usa para abrir conciertos sinfónicos en todo el mundo y no se usa para abrir la ópera Fidelio, para la cual estaba designada originalmente.
Ludwig van Beethoven, del cual no diré en extenso ahora, es conocido principalmente por su música sinfónica: nueve sinfonías, siete conciertos para instrumentos solistas y orquesta, oberturas sinfónicas y alguna otra pieza que ahora se me escapa de la mente; entre ellas, la Obertura Leonora No. 3. El nombre mismo significa que hubo varias oberturas Leonora.
Esta obertura estuvo asignada a alguna de las versiones originales de la ópera Leonora o Fidelio o El amor conyugal de Beethoven, que consumió muchos años y cuatro versiones para la pieza definitiva. Cuando llegó a la última versión y la obertura destinada a ella era la que ahora conocemos como la Obertura Leonora 3, hubo unos buenos amigos que le hicieron notar a Beethoven, que la obertura era tan estupenda, que se robaría el favor del público. Beethoven reconoció esa llamada de atención, sacó la obertura que ahora conocemos como Leonora 3 de la ópera y le compuso la obertura que ahora se conoce como Fidelio. La Leonora 3 quedó como estupenda pieza sinfónica aparte y es la que escuchamos el pasado viernes en la Sala Tlaqná.
La ópera Fidelio se pone poco en el mundo. Mi familia y yo tuvimos la oportunidad de verla en una puesta en escena hace muchos años en un Festival de Guanajuato, en el Teatro Juárez, bajo la dirección del maestro Eduardo Mata.
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