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Soy Rogelio Macías-Sánchez, de tantos años ya, que se me permite no decir cuántos. Soy mexicano y vivo en México país, médico cirujano de profesión, neurocirujano y neurólogo de especialidad. Ahora y por edad, soy neurólogo y neurocirujano en retiro. Soy maestro de mi especialidad en la Facultad de Medicina de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo y un entusiasta de la difusión de la ciencia a la comunidad. Pero eso no es toda mi vida. Soy un amante fervoroso de la música clásica, actividad que fomento desde mi infancia. La vivo intensamente y procuro compartirla. Soy diletante en vivo y mucho disfruto, de la música grabada, mejor cuando es en compañía de almas gemelas para esto. Finalmente, amo la vida y la disfruto. Parte de ello es comer bien y beber mejor, es decir, moderado pero excelente. De aquí mi afición a los vinos y las cavas. Los conozco, los disfruto y me entusiasma compartir lo que conozco y lo que me gusta. Esta página pretende abrir una comunicación sobre los vinos, la música clásica y la neurología para profanos. Si es socorrida, el mérito será de ustedes. Diciembre de 2022

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lunes, 3 de julio de 2023

DE LA NOVENA SINFONÍA DE BEETHOVEN.

Ludwig van Beethoven
1770 - 1827


La Novena Sinfonía de Beethoven es una obra programática cuyo ideal coincide con los más elevados de la época romántica: la libertad, la igualdad y la fraternidad, resumidos en la alegría del vivir entre los hombres. Beethoven los gritó con su instrumentación hasta entonces desconocida y con el uso, por vez primera en la historia de la sinfonía, de un gran coro mixto y un cuarteto de voces solistas. Completó la orquesta con la voz humana, cuyas cualidades dramáticas no pueden ser alcanzadas por instrumento alguno. Una vez más, como en el Prometeo de su Sinfonía Eroica, rompió todas las ataduras que lo ligaban a los convencionalismos formales y armónicos de la música y nos regaló con el cuarto movimiento más romántico que de las sinfonías se haya escrito.

Pero no son de menor mérito los tres movimientos primeros. El Allegro ma non troppo, un poco maestoso es una sonata colosal de claros tres temas y un fenomenal desarrollo. Hay quienes piensan que es el más grande de los trozos sinfónicos que se han escrito. El segundo, Molto vivace, es un Scherzo; en realidad una amalgama de la forma sonata, la fuga y el scherzo. La sonata la maneja con mucha libertad, y en ella se integra el manejo fugal de los temas. El tercer movimiento, Adagio molto e cantabile, es un verdadero lied de dos temas, variados cada uno en forma diferente. Es de gran intensidad emotiva, en parte por la fina ornamentación de los temas, en que las maderas hacen eco y comentan los motivos de las cuerdas.

El Final con coros es una cantata con el texto de la Oda a la Alegría de Friedrich Schiller, poema escrito cinco años antes de la Revolución Francesa. Es la expresión alemana de ese sentimiento universal de hermandad en el dichoso amanecer del romanticismo. Es también el corazón del final de la sinfonía, alrededor del cual Beethoven tejió una verdadera fantasía de tiempos, armonías y formas, con fugas, variaciones, corales, recitativos e incluso marchas militares. Es la afirmación sublime de su idealismo juvenil que gritaba: 

¡Os abrazo, millones de hombres!

¡Que el mundo entero se nos una en ese abrazo!



Todo esto, porque el pasado viernes 30 de junio, en la Sala Tlaqná de la ciudad de Xalapa, se ofreció un programa con la Novena Sinfonía de Beethoven por la Orquesta Sinfónica de Xalapa aumentada con la Camerata de la Facultad de Música de la Universidad Veracruzana. Estuvo el coro de la misma universidad y los solistas cantantes Graciela Morales, soprano, Teresa Fuentes, mezzosoprano, Nahúm Sáenz Castillo, tenor, y Jafet Maldonado Vargas, bajo-barítono. La dirección estuvo a cargo del maestro Martin Lebel, que es el titular  y que la dirigió de memoria, sin partitura a la vista.

Y no hay más que decir, porque sería quitarlo a la sinfonía. Sólo diré que resultó una buena velada, aunque siento que quedó a deber, por lo menos a mí.

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