Corte axial medio del cráneo que muestra la mitad derecha del encéfalo y en el círculo negro, el hipotálamo. |
El hipotálamo es una pequeña estructura nerviosa que es parte del cerebro. Es superficial, situado en la línea media en la parte parte inferior y anterior del cerebro y no es muy grande, apenas del tamaño de una uva mediana. Su nombre significa "debajo del tálamo", que es también una estructura del cerebro, profunda, grande y muy compleja. Como toda estructura nerviosa nuclear (de cuerpos de las neuronas), el hipotálamo recibe información variada, la que analiza, modifica y genera acciones específicas que se ejercen sobre otras estructuras nucleares o sobre efectores terminales como los músculos o las glándulas. Las funciones específicas del hipotálamo son dos, la homeostasis y la emoción.
La homeostasis consiste en mantener el equilibrio químico de nuestro medio interno, esencial para mantener la vida; de él diremos en otra ocasión. Hoy diré de las emociones y diré poco, porque poco es lo que se conoce verdaderamente de ellas, más allá de enfoques románticos y novelescos. Primero, la definición que se acepta en el campo de la neurología:
Emoción es la manifestación vegetativa, involuntaria
y en ocasiones inconsciente, como respuesta a un sentimiento de placer, de
dolor o de miedo.
Ejemplo primero: Una muchacha joven a la que visita su enamorado. En un momento dado, y alejados de la vista pública, empieza a besarla, acariciarla en áreas corporales erogénas. La chica tiene placer y su respuesta vegetativa, involuntaria y consciente en este caso, consiste, entre otras manifestaciones, en rubor facial, piloerección (carne de gallina y se levantan los vellos), aumento de la frecuencia cardíaca (taquicardia), aumento de la frecuencia respiratoria con jadeo (taquimnea), sudoración, deseos de orinar y cosas más. El conjunto de estas síntomas como respuesta a un sentimiento de placer es una emoción, que aumenta el placer.
Ejemplo segundo: Un varón mayor, afectado de enfermedad de la
próstata o un cálculo (piedra) vesical que le obstruyen la micción, tiene un
dolor muy intenso al tratar de orinar. No lo puede hacer, se esfuerza para ello
y el dolor es insoportable. Se pone pálido, sudoroso, disminuye la frecuencia
cardíaca (bradicardia) y cae inconsciente (síncope vasovagal). Lo desmayó la
emoción generada por el dolor intenso.
Ejemplo tercero: El niño que ya ha sido vacunado por su pediatra y
lo llevan, tiempo después, a nueva consulta. Se aparece el pediatra con su bata
blanca, el niño lo ve, le entra el terror, llora, grita, las pupilas crecen, se
orina y se puede desmayar. Es la emoción generada por el miedo.
Finalmente, otro ejemplo de emoción desencadenada por el miedo, que es relato despersonalizado de un suceso real. Una mujer joven viaja en su vehículo. La acompañan su madre y en el asiento trasero, sus dos hijos, que son niños menores. Van por un viaducto de la Ciudad de México, de esos que, a las horas pico, se saturan tanto, que llega a detenerse la circulación, en ocasiones por tiempo prolongado. Ella está en esa situación cuando ve venir, en su fila de coches atascados, a un delincuente que, pistola en mano, va asaltando a los choferes de los coches varados, los que sin más, entregan sus haberes al malvado. Cuando el asaltante está dos coches adelante del suyo, a la joven señora le da un infarto del corazón. Después de un rato largo logran sacarla del atascado viaducto y llevarla a un consultorio próximo de un cardiólogo donde la mujer fallece. La mató la emoción del miedo.
¿Cómo hace esto nuestro sistema nervioso? No hay respuesta absoluta, sólo parcial y aproximada. Nuestros conocimientos al respecto todavía están en pañales, pero allá van:
Los sentimientos que generan emociones son formas complejas de sensibilidad que son recogidas por receptores periféricos y llevadas a la corteza corteza cerebral especializada, haciendo una estación de relevo en el tálamo. Ahí son analizadas, parcialmente interpretadas y llevadas a la corteza cerebral en sus áreas especializadas del sentimiento, que en la imagen adjunta están de color naranja. Ahí son nuevamente analizadas, se enriquecen con información tomada de los almacenes de memoria, son calificadas y se generan las señales de acciones vegetativas, neurológicas y hormonales, que el hipotálamo se encargará de ejecutar y que en su conjunto constituyen la emoción. Hasta aquí sabemos.
Y bueno, la imagen que cierra esta entrada muestra todo lo que ocurre en el organismo de un sujeto víctima de un episodio de ira violenta. Esperamos que no nos ocurra a nosotros.
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