Este blog lleva por título Vinos, música y neurología para profanos. El apartado de música se refiere, preferentemente, a la música clásica, manifestación artística que amo con fervor. Conozco, me gustan y aprecio la música folclórica, la música popular y hasta alguna música comercial, pero la que me llega más, mejor conozco y más disfruto es la llamada "música clásica".
La razón por la que se llama clásica a esta música no me queda clara, pero de las definiciones que conozco del término, pueden aplicársele dos del Diccionario de la Lengua Española:
3. Dicho de un autor o de una obra, de un género, etc.: Que se tiene por modelo digno de imitación en cualquier arte o ciencia
7. Dicho de la música y otras artes relacionadas con ella: De tradición culta.
La última frase de esta última definición, dio lugar a que en algún tiempo y por algunas personas, a la música clásica se le llamara "música culta", lo que era una pedantería insoportable.
Es opinión personal mía que lo que hace diferencia de la música clásica con los demás géneros es que de la clásica, conocemos su historia desde su origen. Está claramente documentada desde hace seis siglos, pero sabemos bastante de sus orígenes desde hace dos mil quinientos años o poco más.
| Pitágoras explorando los tonos musicales con series de campana |
La música clásica es producto de la Grecia clásica, de esa gente y ese tiempo que también crearon la filosofía, sistema de pensamiento que ha sido el soporte de nuestra cultura occidental. Además de hacer música, investigaron sus principios teóricos, crearon las primeras armonías y la escribieron con una notación que, con muchos cambios a través de dos milenios, es la base del sistema actual. De esa música casi no se conserva nada, y lo que existe ha sido extremadamente difícil de reconstruir; pero hay referencias de ella en los textos teatrales, filosóficos e históricos de la época, que nos permiten, con imaginación, rehacerla.
La difusión que los latinos hicieron del arte, la ciencia y el pensamiento helénicos, no incluyó a la música en forma directa. Su paso hasta nosotros se hizo a través del Imperio Romano de Oriente y no de Occidente, es decir, a través de Bizancio y no de Roma.
Los ejemplos más antiguos que tenemos son del siglo VI, de la Antigua Edad Media, y corresponden a música religiosa de la Iglesia Ortodoxa. Recomiendo una grabación de Sor Marie Keyrouz que canta acompañada del Coro de la Iglesia de San Julián el Pobre de París. Es una magnífica recolección de los cantos bizantinos de entonces para los oficios de la Semana Santa. Es música monódica, con poco movimiento en la escala de tonos y con ritmo muy suave. En la iglesia de occidente, la católica, la música era homofónica, es decir, sin acompañamiento, y se llamó Canto Gregoriano. En estas formas se mantuvo la música clásica hasta el año de 1300. Fuera de las iglesias, el ritmo y la melodía eran las bases del canto y la danza populares; canto y danza predominantemente monódicos, aunque había algunas composiciones de polifonía rudimentaria. Para entonces, los centros musicales no religiosos eran el sur de Francia y el norte de Italia, pero se pensaba que la danza en España era más atrevida, por la fuerte influencia árabe.
Poco antes del Renacimiento, los centros musicales se trasladaron a los Países Bajos e Inglaterra, donde se desarrollaron enormemente la armonía y el contrapunto. Esto originó y evolucionó la polifonía hasta grados increíbles de superposición melódica en el tiempo y en la escala de los tonos, de hasta treinta voces. Es claro que entonces importaba más la música que el texto, pero con complejidad extrema había firmado su acta de defunción.
El Renacimiento recobró para Italia la hegemonía en la innovación artística. Con las riquezas de que se hizo en el norte, creó las dos formas musicales más importantes de ese momento: el motete para la música religiosa y el madrigal para la profana. Ambas formas tienen polifonía de melodías incompletas, riqueza armónica y un ritmo no muy vigoroso.
| Giovanni Perluigi da Palestrina Claudio Monteverdi |
Sus campeones son Giovanni Perluigi da Palestrina (1525 - 1594) y Claudio Monteverdi (1567 - 1643), con quienes, a partir de 1600 aproximadamente, se abrió el período barroco de la música. Pero de éste, diremos otro día.
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