No sé si yo persigo a las flores o las flores me persiguen a mí, pues hasta en el coche se me aparecen. ¡Qué bueno!
Estas me encontraron en el pasillo muy iluminado de la oficina de contabilidad de un hospital.
Ésta, en una banqueta de mi colonia, saliendo de una plancha de cemento que no tiene hendidura o perforación alguna. ¡Ayyy!
De mis fotografías recientes favoritas.
Caminando por ahí:
Árbol seco por ahora con hermosa flor única.
Días después, el mismo árbol seco ahora con muchas flores y un impávido gorrión gordo, que contempla el paisaje.
Y ahí mismo escuché:
"Chole, vete a cortar unos nopalitos para la ensalada, ¿no?"
Esta imagen es de las que valen más que mil palabras. Su nombre es:
"Autorretrato, fotografiando la Nochebuena que aparece en primer plano".
Una vez más: "De las extrañas flores rojas de nuestro jardín"
Sus hojas, moradas y casi negras, brillan al sol directo y lucen blancas.
Trasplantado un tallito en maceta a un lugar sombreado, sus hojas son verdes y también lucen blancas cuando el sol las incide en determinado ángulo.
Esta es su primera flor.
Toda ella es una hermosa bailarina.
Esta no tiene nombre.
Nace entre los ladrillos, es bellísima y no mide más de ocho milímetros de diámetro.
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