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Soy Rogelio Macías-Sánchez, de tantos años ya, que se me permite no decir cuántos. Soy mexicano y vivo en México país, médico cirujano de profesión, neurocirujano y neurólogo de especialidad. Ahora y por edad, soy neurólogo y neurocirujano en retiro. Soy maestro de mi especialidad en la Facultad de Medicina de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo y un entusiasta de la difusión de la ciencia a la comunidad. Pero eso no es toda mi vida. Soy un amante fervoroso de la música clásica, actividad que fomento desde mi infancia. La vivo intensamente y procuro compartirla. Soy diletante en vivo y mucho disfruto, de la música grabada, mejor cuando es en compañía de almas gemelas para esto. Finalmente, amo la vida y la disfruto. Parte de ello es comer bien y beber mejor, es decir, moderado pero excelente. De aquí mi afición a los vinos y las cavas. Los conozco, los disfruto y me entusiasma compartir lo que conozco y lo que me gusta. Esta página pretende abrir una comunicación sobre los vinos, la música clásica y la neurología para profanos. Si es socorrida, el mérito será de ustedes. Diciembre de 2022

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lunes, 25 de enero de 2021

DEL GENERO "óPERA" EN . . . LAS ARTES

Teatro italiano de ópera del siglo XVIII
Esta entrada pretendía darle continuidad a la publicada aquí el 4 de enero pasado, que lleva por nombre EL GENERO “SINFONÍA” EN LA MÚSICA CLÁSICA. Ahí expresé mi convicción de que ese género es el máximo logro de la música clásica. Hoy quise analizar el género “ópera” en los mismos términos que lo hice con la sinfonía y me resultó imposible tan siquiera empezar, porque la ópera no es género de un arte, como lo es la sinfonía de la música; la ópera es música, poesía y teatro, por lo menos. Dejando apuntada esta premisa, adelante con el tema de hoy: DEL GÉNERO “ÓPERA” EN LAS ARTES.

La ópera es un género de creación programada. No es como la música que resultó de la evolución natural del ritmo de las percusiones primitivas, de índole mágica o religiosa, hace muchos miles de años, al que se le unió después el canto. El enriquecimiento provocado por el número de participantes en esas reuniones mágicas generó la armonía y así se hizo la música, a la que pronto se agregó la danza, que es un arte distinta.

La poesía se dio también de la evolución del lenguaje, cuyo enriquecimiento generó el ritmo al hablar, elemento primario de la poesía que comparte con la música. La poesía, como la música, son prehistóricas; no hay evidencia de donde y cuando se dieron por vez primera.

El teatro, el arte escénico, complejo y sofisticado, también es el resultado de una evolución natural de ritos religiosos, aunque es mucho más reciente que las artes antes mencionadas. Los que dicen que saben sostienen que se creó en Grecia hace unos dos mil quinientos años.

Florencia, cuna del Renacimiento y la ópera
Con la ópera es distinto. A finales del siglo XVI, en Florencia, un grupo de eruditos patrocinados por el conde Giovanni Bardi, crearon una sociedad denominada Camerata Fiorentina, enfocada al estudio y discusión crítica de las artes, particularmente el teatro y la música. Considerando algunos antecedentes griegos de dos mil años antes, crearon la opera, que literalmente en latín significa obras (plural de opus) pero que posteriormente se llamó dramma per musica, es decir, teatro cantado. Su evolución y variantes han llevado a reunir en una ópera, música orquestal y cantada, poesía, teatro, danza y arte escenográfico, que finalmente asocia artes plásticas. Es el género artístico más complejo que se ha creado y no veo como haya uno mayor.

La ópera se sustenta en la estructura de una pieza de teatro. Incluso, hay muchas óperas que están hechas sobre piezas teatrales de gran envergadura, como de Shakespeare, pero el resto de las artes involucradas le confiere variantes muy claras. Suele abrir con una pieza sinfónica breve que se llama obertura y que algún tiempo se llamó sinfonía. Después hay actos, como en el teatro, donde los monólogos, diálogos, discusiones y comentarios se cantan por solistas (hombres y mujeres de diferentes tesituras), dúos, tríos, y hasta sextetos y coros; estos últimos suelen ser los comentaristas. Suele haber intermedios orquestales y en mucha ocasiones danza o ballet, sobre todo en las producciones francesas. La ópera termina como y cuando termina el drama. Hay óperas breves, de menos de una hora de duración, y largas, hasta de siete, como algunas de Meyerbeer.

Ahora bien, lo que la música en la ópera agrega al teatro convencional hablado es la emoción; la intensifica y la hace variada hasta niveles superlativos. Esa es la magia del dramma in musica.

Portada de la partitura de 
Dafne, la primera ópera,
escrita en 1597

La creación propositiva e inteligente de la ópera (1597) y el género mismo fueron tan trascendentes en la historia del arte que marcaron el principio de la época barroca, época de ciento cincuenta años de duración y que los eruditos dan por terminada cuando murió Johann Sebastian Bach en 1750, que no compuso ópera alguna.

Cientos de compositores han escrito miles de óperas para cientos de teatros. Ahí están. Claro que, como sucede en todas las artes, hay las que más gustan y las que gustan menos, lo que determina que las primeras sean las que más se pongan en escena, se graben y se vean y escuchen.

Voy a nombrar algunos de los compositores más notables de óperas desde su origen hasta nuestros tiempos. Será en orden cronológico, sin significado de preferencia o gusto de mi parte y atenido sólo a mi memoria, sin consultar en enciclopedia alguna, escrita en viejos libros o en la Internet. 


Claudio Monteverdi, italiano, 1567 – 1643; 7 óperas.

Antonio Vivaldi, veneciano, 1678 – 1741; 46 óperas.

Wolfgang Amadeus Mozart, austriaco, 1756 – 1791; 22 óperas.

Giachino Rossini, italiano, 1792 – 1868; 48 óperas.

Gaetano Donizetti, italiano, 1797 – 1848; 72 óperas.

Vincenzo Bellini, italiano, 1801 – 1835; 9 óperas,

Richard Wagner, alemán, 1813 1883; 13 operas.

GiuseppeVerdi, italiano, 1813 – 1901; 29 operas.

Charles Gounod, francés, 1818 – 1893; 9 óperas.

Modesto Músorgski, ruso, 1839 – 1881; 3 óperas.

Giacomo Puccini, italiano, 1858 – 1924; 12 óperas.

Federico Ibarra Groth, mexicano, n. 1945; 8 óperas.

 

Quizá algunos compositores importantes se me escapan, pero ninguno sobra. 

Ahora, una lista de óperas favoritas mías, enlistadas en orden cronológico de cuando fueron estrenadas, no por preferencias.







      

                  Wolfgang Amadeus Mozart:

                  “Don Juan”, 1787


                                                          









Gioachino Rossini:

“El barbero de Sevilla”, 1816.

 

 







Charles Gounod:

“Fausto”, 1859.

 

 







Richard Wagner:

“Los maestros cantores de Nuremberg”, 1868.

 

 







Giuseppe Verdi:

“Falstaff”, 1893.

 

 






                                    Giacomo Puccini:

                                   “La bohemia”, 1896.

 

 







Federico Ibarra Groth:

“Alicia”, 1995.

 

 






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