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Soy Rogelio Macías-Sánchez, de tantos años ya, que se me permite no decir cuántos. Soy mexicano y vivo en México país, médico cirujano de profesión, neurocirujano y neurólogo de especialidad. Ahora y por edad, soy neurólogo y neurocirujano en retiro. Soy maestro de mi especialidad en la Facultad de Medicina de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo y un entusiasta de la difusión de la ciencia a la comunidad. Pero eso no es toda mi vida. Soy un amante fervoroso de la música clásica, actividad que fomento desde mi infancia. La vivo intensamente y procuro compartirla. Soy diletante en vivo y mucho disfruto, de la música grabada, mejor cuando es en compañía de almas gemelas para esto. Finalmente, amo la vida y la disfruto. Parte de ello es comer bien y beber mejor, es decir, moderado pero excelente. De aquí mi afición a los vinos y las cavas. Los conozco, los disfruto y me entusiasma compartir lo que conozco y lo que me gusta. Esta página pretende abrir una comunicación sobre los vinos, la música clásica y la neurología para profanos. Si es socorrida, el mérito será de ustedes. Diciembre de 2022

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lunes, 6 de octubre de 2025

UNA VEZ MÁS CON SHOSTAKOVICH...

 


... esperando que ahora no desaparezca el texto, ¿verdad, Dmitri? (ver la entrada del 19 de mayo de este año).


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Dmitri Shostakovich
(1906 - 1975)






Esta entrada describe y comenta la velada musical del pasado domingo 28 de septiembre, al medio día, en la Sala Anexa Tlaqná, en Xalapa, Veracruz, conocida entre algunos melómanos como la Petite Tlaqná, sala bella y funcional para música de cámara, con una acústica estupenda. 



El programa consistió en los dos Tríos para piano, violín y violonchelo de Dmitri Shostakovich y Siete Romanzas para trío y voz, del mismo autor.  Los ejecutantes fueron el Trío Chopin y Teresa Navarro Agraz, que cantó las romanzas. Los cuatro son de Xalapa y el trío cumplió cuarenta años, ¡Guauu!

Fuimos pocos los asistentes; apenas media sala ocupamos los afortunados, que eso fuimos quienes estuvimos en la velada que no dudo en calificar de memorable.

Los dos tríos, que se tocaron en primero y tercer turnos, se llevan una diferencia de veintiún años (1923 y 1944); las romanzas son del año 1967; ya no son "música nueva", pero son música inigualable, inconfundible y eterna.


Trío Chopin
Xalapa, Veracruz



No se trata aquí de describir la música que ese domingo escuchamos, porque la música no se puede describir con el verbo; se puede informar de nuestra emoción, pero siempre como fenómeno subjetivo que se quiere compartir.


He de decir entonces que las sonatas, particularmente la primera, me emocionaron bárbaramente; me sacaron a la luz sentimientos escondidos de luz y bienestar, en el tono mayor de sentirme acompañado en una emoción nueva y conocida, antigua e inmediata, inmensa, universal y dirigida a mí. Era dar la bienvenida a un antiguo amigo, siempre novedoso y gigantesco, que me conecta con la humanidad entera para compartir con ella mi felicidad. Gracias por ello, Dmitri; gracias por ello, Trío Chopin.

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