En el medio, el cerro, grande, siempre verde. Abajo, las blancas casas del pueblo. El cielo, como casi siempre en la región, anuncia lluvia.
Coatepec recuerda a sus muertos cada año en los primeros días de noviembre, pero en los últimos años le ha entrado a los desfiles de catrinas y el ornato de su jardín principal con motivos de calaveras festivas y demás, que son más motivos de juego que testimonio de duelo. Les sale bien, esta entrada es una muestra fotográfica de ello.
El kiosko central, en cuyo piso bajo venden unos helados deliciosos
y desde donde se contempla esta estatua de Don Miguel, con una expresión hermosa de sabiduría y bondad.
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