Hace unas semanas cumplí ochenta y ochos años de edad y aquí lo declaré. Me siento orgulloso de ello y no me quejo de ese tiempo, pero siento que ya soy viejo.
Hace unas semanas también, curioseando en la Internet, me encontré con la fotografía que abre esta entrada, que muestra un olivo en Grecia, vivo y verde, al que los sabios botánicos le calculan ¡dos mil quinientos (2,500) años!
Eso es ser viejo y el olivo no se queja; quizá todavía produce aceitunas.
* * * * * * * * * * * * * *
Ahora damos paso a nuestro intermezzo quincenal, con imágenes del parque central de nuestra colonia, que nunca faltan. No más comentarios.
¡Verde, que te quiero verde!...
|
No hay comentarios.:
Publicar un comentario