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Soy Rogelio Macías-Sánchez, de tantos años ya, que se me permite no decir cuántos. Soy mexicano y vivo en México país, médico cirujano de profesión, neurocirujano y neurólogo de especialidad. Ahora y por edad, soy neurólogo y neurocirujano en retiro. Soy maestro de mi especialidad en la Facultad de Medicina de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo y un entusiasta de la difusión de la ciencia a la comunidad. Pero eso no es toda mi vida. Soy un amante fervoroso de la música clásica, actividad que fomento desde mi infancia. La vivo intensamente y procuro compartirla. Soy diletante en vivo y mucho disfruto, de la música grabada, mejor cuando es en compañía de almas gemelas para esto. Finalmente, amo la vida y la disfruto. Parte de ello es comer bien y beber mejor, es decir, moderado pero excelente. De aquí mi afición a los vinos y las cavas. Los conozco, los disfruto y me entusiasma compartir lo que conozco y lo que me gusta. Esta página pretende abrir una comunicación sobre los vinos, la música clásica y la neurología para profanos. Si es socorrida, el mérito será de ustedes. Diciembre de 2022

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jueves, 3 de diciembre de 2020

INTERMEZZO 5. CON DAMAS EN EL FÚTBOL

 





Crónica de los minutos finales de un partido de la UEFA Champions League.

 


Un martes de noviembre, cerca de las cuatro de la tarde. Frente a un televisor casero, una pareja de edad mayor sigue con interés un partido que se disputa en ese momento en la ciudad de Kiev, en Ucrania, casi a la media noche de allá, con gran frío y sin público en el estadio. Ustedes saben, es por eso del CoVid-19 lo del estadio vacío, que lo de la hora infame es por conveniencias financieras de las compañías televisoras.

Es un partido de la fase de grupos de la competencia y lo juegan el equipo local, el Dínamo de Kiev, y el Barcelona, nada menos; este es el favorito y lo es, en particular, de la pareja mexicana referida. La simpatía de él es estable; la de ella es reciente y será pasajera, pues siempre apuesta por personajes de los equipos, jugadores o directores técnicos, no por la institución.

El partido está siendo transmitido “en vivo” desde Kiev, por una importante cadena televisora especializada en deportes, pero narrado y comentado por los especialistas desde su casa, una vez más por esto del CoVid. Son magníficos. Uno de los tres es mujer de edad media, guapa, conocedora profunda del fútbol en sus aspectos técnicos y muy centrada en sus opiniones, siempre prudentes, serias y sin gran componente  emocional, real o fingido, como lo muestran algunos cronistas varones. Es una delicia escucharla.

La señora que está atenta al juego es también una buena analista de la técnica del fútbol, nunca dice barrabasadas, pero la emoción le gana con frecuencia. Su orientación emocional en los últimos años está centrada en Antoine Griezmann, del Barcelona, al que sigue y conoce en todas sus actividades que son públicas, pero especialmente en la deportiva profesional. A esto contribuye que el señor es guapo, simpático, polifacético,  figura mediática y "champion du monde".

El partido estaba por terminar y el Barcelona ganaba 3 - 0. No había posibilidad alguna de que el Dínamo de Kiev revirtiera el marcador o siquiera empatara. Pero ocurrió una jugada “de equipo” estupenda por parte del Barcelona. Se inicia a medio campo con pases estratégicos burlando enemigos hasta llegar al área penal, donde Griezmann recibe el balón y rápidamente lo pasa a un  compañero en la lateral izquierda, quien después de unos tanteos y avances cortos lo regresa a Griezmann en el corazón del área chica, el que, entre un bosque de piernas de coequiperos y contrincantes, hace un disparo raso, violento y magistral, que deja sin oportunidad alguna al portero del Dínamo.

Entonces se dio la inimaginable batahola de alegría femenina, pues mientras la comentarista hacía una apología emocionada de la jugada completa y, sobre todo de su culminación, que califico como “una joya espectacular”, la televidente se levantó de su asiento, brincaba, gritaba bravos y aplaudía con frenesí, mientras la otra, desde su casa continuaba con su discurso exultante que parecía no tener fin. La alegría de ese espectáculo privado fue hermosa y contagiosa; ¡lástima que debió terminar!, pues el juego debía continuar aunque fuera tan sólo por dos minutos más.

Ya imaginarán ustedes que la mujer televidente se quedó a escuchar los comentarios posteriores al encuentro y que repitió su entusiasmo cuando la comentarista de marras volvió a hacer apología de la gran jugada y demostrar su admiración y cariño por Antoine Griezmann. Probablemente en tiempo próximo se pongan en contacto para fundar el Club Mexicano de Admiradoras de Antoine Griezmann, A. C.


Rogelio Macías Sánchez

26 de noviembre de 2020


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