Acerca de mí

Mi foto
Soy Rogelio Macías-Sánchez, de tantos años ya, que se me permite no decir cuántos. Soy mexicano y vivo en México país, médico cirujano de profesión, neurocirujano y neurólogo de especialidad. Ahora y por edad, soy neurólogo y neurocirujano en retiro. Soy maestro de mi especialidad en la Facultad de Medicina de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo y un entusiasta de la difusión de la ciencia a la comunidad. Pero eso no es toda mi vida. Soy un amante fervoroso de la música clásica, actividad que fomento desde mi infancia. La vivo intensamente y procuro compartirla. Soy diletante en vivo y mucho disfruto, de la música grabada, mejor cuando es en compañía de almas gemelas para esto. Finalmente, amo la vida y la disfruto. Parte de ello es comer bien y beber mejor, es decir, moderado pero excelente. De aquí mi afición a los vinos y las cavas. Los conozco, los disfruto y me entusiasma compartir lo que conozco y lo que me gusta. Esta página pretende abrir una comunicación sobre los vinos, la música clásica y la neurología para profanos. Si es socorrida, el mérito será de ustedes. Diciembre de 2022

Seguidores

Archivo del Blog

lunes, 22 de enero de 2024

DEL SELLADO DE LAS BOTELLAS DE VINO.


El borracho. Franz Hals (1582 - 1666)







Del vino hemos dicho mucho en este blog; de hecho, es uno de los motivos primeros de su existencia, si no es que el primero. El vino es muy generoso, particularmente para su degustación, pero tiene una historia tan antigua, extensa y compleja, que da lugar a decir mucho de él. Sin embargo, considero que lo mejor del vino es degustarlo, y lo demás sale sobrando. Pero es bueno enterarse y decir de lo que a uno le gusta; es por ello que existe esta página.



El tema del vino es tan complejo y extenso que creo que una vida entera no alcanza para comprenderlo todo. Pequeñas gotas de conocimiento de tal elixir han sido vertidas aquí, con la ganancia que al preparar cada una de las entregas, aprendo algo de todo lo que me falta. Y los temas interesantes del vino son tantos y tan distantes algunos de ellos, que siempre se encuentran novedades muy antiguas y nuevas para uno.

Así, el tema de hoy trata de como se han sellado, a lo largo de milenios que tiene de existir y consumirse el vino, los recipientes que lo contienen, pues el vino es muy chiqueón; pero el énfasis está en lo que ahora se usa.

Digo que el vino es muy chiqueón, entre otras cosas, porque no tolera estar en contacto con el aire y su carga de oxígeno. Expuesto a este elemento se oxida, acaba por perder su sabor y después a saber mal y ni siquiera emborrachar a los bebedores en exceso; se avinagra. Hay vinos que duran muchos años en botella y al cabo de ellos se sacan a degustar, están excelsos, porque han madurado sin oxígeno. Eso se ejemplifica en entradas antiguas de este blog, que recomiendo leer antes de seguir adelante o después si ustedes prefieren. Las fechas de publicación son el 22 de junio del 2020 y el 11 de enero de 2021.

Vasijas de barro antiguas para 
contener vino.
Se afirma que la vinicultura tiene siete mil años de antigüedad y las constancias de ello son la conservación de vasijas de barro o arcilla de esa antigüedad que conservan residuos sólidos que confirman que contuvieron vino; provienen del Cáucaso y de Egipto, pero no hay indicios de cómo lo sellaban, pero seguramente lo hacían. Es de pensar que se tapaban con los mismos elementos: arcilla y barro, pero esto es sólo una suposición.



Botella de vino romana, siglo IV d.C.
Contiene vino y está sellada.





Algunos siglos después, bastantes como cincuenta o más, se dio el auge del Imperio Romano en Europa, el Norte de África y el Cercano Oriente asiático, entre los años 300 a.C. y 1000 d.C., más o menos, lo que dio lugar a la expansión del gusto por el vino; ya existían las tres variedades actuales: vino rojo, vino blanco y vino rosado y se embotellaba en recipientes de cristal transparente o traslúcido. De botellas con contenido de vino, sobreviven algunas y la más antigua data del siglo IV d.C. Esta sellada, no sé con qué; pudo haber sido cera.
 Se sabe también qué se hacía con pequeños troncos de madera, envueltos en lodo o arcilla. Este método sobrevivió hasta que apareció en escena...

Dom Pierre Perignon
(1638 - 1715)














... Dom Pierre Pérignon, un monje benedictino francés, abad de Hautvillers, a quien se le atribuye la invención del método para la fabricación de la champaña, nada menos, pero también introdujo el corcho como material para sellar las botellas de vino y así evitar su oxidación y perdición. Desde entonces, sigue siendo el material preferido para sellar las botellas de vino e indispensable para las de champaña.


Alcornoques descortezados


El corcho es la corteza del alcornoque, un hermoso árbol mediterráneo. Los principales sembradíos están en Portugal, España, Italia y el norte de África, la región de Gibraltar. Es un árbol que necesita por lo menos treinta años para madurar y ofrecer una corteza productiva de corcho, pero puede vivir hasta cien años así. La producción mundial anual es de unas 340.000 toneladas y sus propiedades físicas, que lo constituyen en un tejido vegetal casi ideal para los fines de sellar botellas de vino, son ligereza, elasticidad, impermeabilidad, gran poder calorífico, facilidad de manejo, bajo contenido de agua y que es aislante térmico. Sin embargo, no es perfecto, pues como podrán ustedes leer en las entradas de este blog que recomiendo arriba, se dan casos de que botellas de vino con muchos años  de mantenimiento horizontal, el vino acaba por penetrar al corcho, lo pudre y lo deshace, echando a perder, de paso, al vino.

Ahora bien, el enorme crecimiento actual de la industria vitivinícola ha rebasado ya las posibilidades del abastecimiento de corcho para cerrar todas las botellas de vino que se producen en el mundo y los productores han incentivado a los diseñadores de cosas raras en el mundo para encontrar otros medos de sellar esos pequeños y hermosos contenedores del  milenario néctar que se llama vino.

Así, han aparecido los "corchos" de plástico, que no son corchos, son cilindros de un material plástico idóneo que los remeda casi perfectamente y no se pudren. A los viejos expertos gustadores del vino no les gustan estos nuevos tapones, pero finalmente ocurrirá que ya no habrá corchos vegetales. Al momento, yo si distingo bien si el "corcho" de una botella que abro es vegetal o de plástico y no me molesta si veo que es de plástico.

Pero hay más, después de los tapones de plástico han aparecido las botellas de vino cerradas con tapón de rosca metálico, que mantienen el vino en perfectas condiciones, por los años que sean y con la ventaja de que pueden guardarse las botellas paraditas, verticales y ocupando menos espacio. Las cavas familiares actuales son menos vistosas que las antiguas, pero más funcionales por mejor utilización del espacio disponible.









Tapones de botellas de
vino de corcho y de plástico.
Los de plástico son más claros,
más lisos al tacto y con cierto brillo.






No hay comentarios.:

Publicar un comentario